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De milongas tangos y búsqueda del voto del PER
Griñán critica al Gobierno por los retrasos en el Plan de Empleo Rural
ÚBEDA- Entró al salón de congresos del hospital de Santiago, en Úbeda, levantando el brazo de la cabeza de lista por Jaén, la consejera Micaela Navarro. Su relación no se ha resentido, pese a que ella se saltó la orden de «neutralidad activa» para apoyar a Rubalcaba frente a Chacón antes del 38 Congreso. Era un acto sobre políticas sociales dividido en dos espacios –les negaron la capilla–, en el que también estuvo presente el secretario de Política Municipal del PSOE, Gaspar Zarrías, el «abridor de caminos» que ayer no abrió la boca.
Griñán subió al escenario y no pudo arrancar ahogado por gritos como «¡qué va a ser presidente, qué va a salir!». Recuperada la palabra, reivindicó su papel de guardián de las esencias del socialismo democrático. «Hay crisis y hay que elegir, pero os prometo que con un Gobierno socialista ni la educación ni la sanidad ni los servicios sociales o la Ley de Dependencia sufrirán retrocesos», aseveró para advertir que con el PP, el cambio sería hacia atrás. «Media vuelta y ¡ar!», soltó.
Defendió que las transformaciones «se hacen poco a poco, trabajando día a día para construir país, para construir Andalucía». No quiere crear desde cero porque, según dijo, los socialistas tienen «el orgullo de lo hecho y la ambición de lo que queda por hacer». Tratará de «levantar al que se cae» porque, para Griñán, la altura de una sociedad se mide por su capacidad «de atender a todos». En ese sentido, recordó que en la región: «Tenemos el reconocimiento de personas atendidas –en el ámbito de la Ley de Dependencia– que equivalen a todas las que reconocen Madrid, Valencia, Castilla León y Murcia juntas». «Así es que, ¿dónde está la milonga señora Cospedal?», se preguntó en alusión a unas declaraciones de la secretaria general del PP en las que dijo que la comunidad «ya no está» para que le cuenten milongas. Referencia que le valió para afirmar que los populares «son de los tiempos del tango, son muy antiguos», deslizó. Abogó por luchar para que la letra de las leyes ligadas a los derechos sociales se materialice y volvió a ofrecer a Rajoy su «colaboración total» para crear empleo. «Yo no cuento parados como si fueran votos, que es lo que hacía Rajoy», criticó.
Pidió a los asistentes un «compromiso activo», los instó a salir a la calle y convencer para «seguir avanzando y progresando». Para apuntalar un modelo con historia que va en «la dirección correcta». Mientras salía del salón una niña de cinco años se cruzó en su camino. Patricia, le comentó que se llamaba y su padre aprovechó para pedirle al presidente: «Lucha por el futuro de mis hijos».
Tras conversaciones aderezadas de ese sentimentalismo, llegó a Bailén donde en un evento con agentes sociales denunció el retraso por parte del Gobierno central en la distribución de unos 200 millones de euros de recursos asignados al Plan de Fomento del Empleo Agrario (PFEA), «que ha cambiado la fisonomía de nuestros pueblos y del que no se ha aprobado nada este año». Defendió el antiguo PER, «que no es lo que nos dicen por el norte, cuando miran con desprecio a Andalucía». «¿No se gastó mucho más dinero con la reconversión industrial, o es que nosotros no merecemos eso?», clamó. Recordó inversiones de la Junta en la zona como 2,5 millones para un centro logístico de transporte e hizo un anuncio: la creación de un Instituto Tecnológico de la Construcción Sostenible. La novena jornada de campaña culminó en Andújar, donde apostó por precios agrícolas justos y pidió socialistas «inconformistas y comprometidos».
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