París
«Gainsbourg es un cliché del donjuán»
Joann Sfar / DIRECTOR
Fue uno de los personajes más polémicos de su tiempo, una fama que él mismo forjó y que «Gainsbourg» refleja en toda su extensión. -¿Puede cambiar esta película la percepción que la gente tiene de Gainsbourg?-Sí, porque los jóvenes sólo se acuerdan de sus provocaciones y no de la trayectoria del poeta. He tratado de hacer un autorretrato, no un «biopic». Utilicé todo lo que él ha contado sobre sí mismo aunque fuera mentira, como si me lo hubiera encontrado en un bar totalmente borracho y me cuenta su vida. Mi referencia no es la cinta sobre Johnny Cash ni la de Ray Charles, sino «Un americano en París» y «Todos dicen I love you», es decir, historias sobre Francia, sobre el amor. Además, se trata de la primera película francesa pagada por Universal. Por eso me gusta que se vea en otros países donde no es tan conocido.-¿Ha contado con la colaboración de algunos de los personajes famosos que aparecen en la película como su ex esposa, Jane Birkin, o Brigitte Bardot?-No mucho. Sí es cierto que el filme se ha hecho gracias a la familia Gainsbourg, porque, aunque habían rechazado otros proyectos anteriores, aceptaron el mío al verlo como una fantasía y un musical, no como que un «biopic». Me dijeron que tenía que hacerla porque a Serge le gustaba mucho ser famoso, pero no quisieron participar porque les resultaba muy doloroso. -¿Cree que esta película sirve para desmontar tópicos sobre su figura?-No se trata de una historia objetiva, sino heroica: le gusta hablar de sí mismo como el tío que se acostaba con Brigitte Bardot, aunque sólo estuviera tres meses con ella; como el que invitó a un grupo negro para cantar «La marsellesa»... Es la historia de un joven que quiere encontrar un símbolo de provocación, de libertad sexual, de modernidad, porque hay muy pocas figuras galas que resulten modernas. Es moderna pero al mismo tiempo tiene todos los clichés del donjuán, del artista francés que seduce a mujeres. -¿Existe todavía este tipo de personaje en su país?-Es un cliché vivo, basta con mirar a nuestro presidente. Es pequeño, feo, y se cree muy fuerte porque tiene una bella esposa. Amo a este tipo de personajes porque me parecen muy frágiles. Su suerte es sólo aparente. -De hecho, por cruel que haya sido Gainsbourg, resulta un personaje muy atractivo. -Pero no trato de salvarlo. Es un hombre atormentado pero feliz. Le gustó convertirse en un viejo que bebía, fumaba... No fue una vida triste, no le hubiera gustado ser otra cosa.
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