España
CiU evita la caída de un Zapatero que roza el adelanto electoral
El Gobierno saca adelante el tijeretazo por un solo voto. Duran pide elecciones en un duro discurso. Rajoy se consolida como alternativa y presenta un recorte que afecta a los altos cargos y no a los pensionistas
No hacían falta las palabras. Las caras de Zapatero y Salgado lo decían todo. La de ayer fue la votación más difícil a la que se enfrentaba el Gobierno desde el comienzo de la Legislatura. Y no sólo porque lo que se votaba (la convalidación del decreto-ley del llamado tijeretazo social) haya dejado huérfano de discurso al socialismo, sino porque se barrunta el final, explicita la soledad del Ejecutivo y abre un incierto panorama en la política nacional, que puede acabar en un anticipo electoral que Zapatero no quiere, pero puede verse arrastrado a él si no logra apoyos a los Presupuestos Generales para 2011.Lo que ayer estaba en juego en la Cámara Baja no era un simple decreto, sino la posibilidad de tumbar al Gobierno. De hecho hubo quien entró en el hemiciclo pensando que saldría de él con una convocatoria anticipada de elecciones. Zapatero se salvó por los pelos, pero no había más que echar un vistazo a la bancada socialista durante la votación para ver respiraciones contenidas, cabezas gachas y rostros cariacontecidos. Cuando el marcador electrónico reflejó el resultado: 169 a favor, 168 en contra y 13 abstenciones, los socialistas respiraron aliviados. El PSOE votó en solitario. Al «no» se sumaron PP, PNV, IU-ICV-ERC, Nabai, BNG y UPyD y a la abstención, CiU, CC y BNG.Hubo consigna desde el PSOE para que los suyos contuvieran cualquier manifestación de alegría tras la votación. Y es que el recorte social que ayer se aprobó con tan sólo un voto de diferencia no es algo que pueda enorgullecer a ningún Gobierno ni motivar el aplauso de ninguna bancada, menos de la socialista. Los «campeones» de la política social, los protectores de los desfavorecidos, los «catedráticos» de la dependencia, los empleados públicos y las pensiones se han quedado sin discurso. Pocas lecciones podrán dar de aquí en adelante. Pero no es éste su único problema.Y es que la sesión de ayer fue lo más parecido a una moción de censura. Sólo faltaba el candidato alternativo. No hubo entre los grupos parlamentarios quien ahorrase duros embistes contra el presidente del Gobierno. Ni siquiera quienes con la nariz tapada se abstuvieron para facilitar la convalidación del decreto. Hasta el diputado de Unión del Pueblo Navarro, Carlos Salvador, tuvo que decirle al presidente «no nos haga pasar por otro bochorno planetario». Lo mismo pensaba el portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, que con la abstención de sus diez diputados, evitó que Zapatero cayera en la hoguera. El catalán llegó a rechazar, con rubor, los aplausos que los socialistas le propinaron tras su intervención: «No, no me aplaudan, porque no estoy de acuerdo con ustedes», conminó al PSOE antes de decirle a Zapatero que había «concluido su etapa de Gobierno» y que convoque elecciones. Duran no urgió ya al adelanto, sino que le dijo a Zapatero que lo haga en junio a la vez que el debate de los Presupuestos de 2011. Él dijo que un adelanto ahora sería lo peor para la crisis y que antes había que emprender la reforma laboral y la del sistema financiero. Sin embargo el resto de partidos entendieron que no pensaba en la situación económica sino en CiU y en los inconvenientes para sus posibilidades electorales si las generales se celebran antes de las catalanas. Es probable que en sus manos esté la fecha en la que Zapatero tenga que convocarlas.Mariano Rajoy, que decidió subir él a la tribuna en lugar de Montoro para explicar su voto en contra, no se apuntó al adelanto electoral y tampoco está por la labor de una moción de censura. Sabe que no cuenta con los apoyos necesarios. Prefiere que el Gobierno se cueza en su propio caldo, que no es otro que el de un Zapatero que se ha convertido «en la principal fuente de desconfianza que hay hacia España». Jaleado por su bancada que, puesta en pie le dedicó una prolongada ovación, el jefe de la oposición resumió con cuatro palabras el que iba a ser su voto nada más subir a la tribuna: «Simple y claramente, no». ¿Reducción del déficit? «Sí, pero no así. El ajuste es improvisado, insuficiente e injusto», proclamó antes de espetar: «Mi grupo no va a contribuir con su voto a que usted siga ahí. Si otros lo hacen será su responsabilidad». Una responsabilidad que tampoco quiso asumir el PNV al decantarse por el «no», posición que adquiere un notable significado político teniendo en cuenta que fueron sus votos los que lograron que Zapatero sacara adelante los Presupuestos Generales del Estado para este 2010. Los nacionalistas vascos viran y claman para que «los débiles no sean los primeros en pagar la crisis después de una política errática, confusa y equivocada» del jefe de Gobierno, dijo Pedro Aizpiazu.
Las últimas bocanadasNi qué decir tiene que la izquierda parlamentaria rechazó de plano el decreto-ley. El republicano Ridao afeó al presidente que haya renunciado a su «principal divisa» que era la protección por desempleo y haya recortado derechos a pensionistas, dependientes y empleados públicos y Gaspar Llamazares alertó que ayer empezaba «un camino irreversible hacia una huelga general». Conclusión: Rodríguez Zapatero no tiene quien le escriba y, mucho más importante que eso, a juzgar por lo que ayer se escuchó en la Cámara Baja, tampoco tienen quien el apoye las próximas cuentas públicas. Dicen que da sus últimas bocanadas.
LAS MEDIDAS APROBADASUn ahorro de más de 15.000 millones con un alto coste social- Pensiones: se congelan los sueldos de los cinco millones de jubilados en 2011 con el objetivo de ahorrar 1.530 millones.- Inversiones: se reducen en 2.125 millones de euros.- Funcionarios: se reduce su salario entre el 0,56% y el 7%. El ahorro será de 6.800 millones.- Farmacia: el gasto farmacéutico se reducirá en 1.300 millones de euros. - Cheque bebé: se suprime la ayuda de 2.500 euros.- Administración: se recorta en 1.200 millones el dinero que se destina a CC AA y Ayuntamientos. - Dependencia: suprimida la retroactividad de la prestación por dependencia. El ahorro es de 300 millones. - Cooperación: recorte de 800 millones de ayudas al desarrollo. - Retiro parcial: se elimina el régimen transitorio. El ahorro es de 400 millones.15 ó 20 euros al mes Es el «sacrificio» que supondrá para los jubilados congelar las pensiones, según el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado.
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