Reino Unido
La moda vuelve a quedarse en los huesos
El binomio anorexia y moda vuelve a copar titulares. La cadena británica Topshop ha elegido a una escuálida maniquí como imagen para su última colección de ropa y complementos, lo que ha levantado ampollas entre los grupos y asociaciones de lucha contra la anorexia.
La fotografía, que encabeza la página web de la firma, muestra a una joven de aspecto demacrado y macilento que luce una chaqueta estampada que apenas logra disimular la extrema delgadez de sus brazos y la angulosidad de sus hombros. Además, lleva un pañuelo a modo de cinturón que marca el contorno de su diminuta cintura. Una escalofriante imagen que, o bien sugiere graves problemas de desnutrición, o bien apunta a nuevas manipulaciones y excesos con el uso del Photoshop.
Sin embargo, al margen de que se hayan aplicado o no programas informáticos, los afectados por esta enfermedad advierten de que difundir imágenes así causa un grave prejucio entre los jóvenes, que toman como referencia estas modelos de talla insalubre. «Ver imágenes de modelos que son tan delgadas sugiere que está bien, cuando no es así», comenta Helen Davis, de Anorexia charity Beat, para el «Daily Mail». Asimismo, los afectados por esta enfermedad indican que, probablemente, la maniquí de Topshop no luce gafas para completar la estética retro, sino que lo hace para ocultar su rostro: con ellas disimularía el hudimiento de los ojos, un síntoma asociado a los trastornos alimenticios.
Aunque no se conoce ningún detalle sobre la maniquí de esta campaña, acuñada como «Prime and Proper», algunos medios británicos aseguran que la modelo podría usar la polémica talla cero americana, que equivale a la 32 en España y a la 4 en Reino Unido. Un tallaje minúsculo que ya ha sido criticado en otras ocasiones.
Diseños de Kate Moss
«La batalla contra los desórdenes alimenticios es permanente. Topshop no ayuda. Es necesario que asuma sus responsabilidades por emplear a modelos así», aseguran desde Anorexia charity Beat. La cadena de ropa, propiedad del multimillonario Philip Green, se enfrenta a las críticas de los afectados. La firma atraviesa horas bajas a pesar de haberse convertido en una referencia de la moda que incluso convirtió a Kate Moss en una de sus mejores embajadoras. La modelo firmó en noviembre del año pasado la última colaboración con la casa británica, después de haber diseñado 14 colecciones para la empresa de Philip Green, que ahora ocupa el centro de la polémica, como en su día lo hizo la propia top. De hecho, aunque ahora se ha alejado de su pasado escandaloso, en su día Kate Moss fue acusada de fomentar la anorexia por unas declaraciones que hizo para la web de moda WWD, en las que aseguró que «nada sienta tan bien como estar delgada».
La temida talla cero
La pasarela y el mundo de la moda han sido ambientes proclives a los trastornos alimentarios. De todos los casos y de todos los antecedentes, el más impactante fue el de Isabelle Caro, la modelo que protagonizó una polémica campaña de lucha contra la anorexia. Isabella posó desnuda exhibiendo su cuerpo desnutrido (medía 1,64 metros y pesaba 31 kilos). Quería mostrar las consecuencias de la enfermedad y su horror. La modelo falleció el pasado noviembre a los 28 años de edad.
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