«Los anuncios de prostitución se tienen que acabar»

La tercera y última jornada de la Escuela de Verano de la Universidad Católica de Ávila (UCAV) arrancó con la conferencia pronunciada por Ramón Jáuregui, ministro de la Presidencia, que congregó a un nutrido público en el Palacio de Congresos de Ávila, así como a un importante número de medios de comunicación. El que fuera diputado, secretario de Estado de Relaciones con las Cortes y ministro de Justicia por el PP, José María Michavila, fue el encargado de presentar a Jáuregui, del cual destacó su experiencia, «algo que, hoy más que nunca, es bueno reivindicar. Pero no sólo eso, sino que además es no sólo buena persona, sino también un buen político, que lleva años defendiendo unos valores, como es la fuerza de la ética».

Jáuregui hizo hincapié en que «vivimos en un mundo que se mueve a una velocidad trepidante, en el que los acontecimientos ocurren concatenados, en el que el efecto mariposa se manifiesta claramente… Y es ahí donde los medios condicionan la forma en que los ciudadanos nos acercamos a esta realidad. Sabemos lo que pasa en cualquier ciudad del mundo o aquí al lado. Hay una acumulación de pulsiones informativas infinitas, por múltiples medios, que nos bombardean, pero el asombroso incremento en las capacidades de tratamiento de la información no ha terminado». «Todo esto –añadió– conlleva a los medios a retos cada vez más importantes. Se desdibujan las fronteras entre los soportes, del mismo modo en que se diluyen las fronteras entre emisor y receptor, y todo ello en una crisis que ha afectado especialmente al sector de la comunicación. Pero los medios tienen que desarrollar su papel en el marco de una sociedad democrática, que se gobierna a sí misma, y para ello necesita de una información sólida, contrastada, plural… y configurar opinión pública al margen de la opinión publicada. ¿Cómo se hace eso? Los medios tienen el papel principal de formar esa opinión publica, seleccionando las noticias, iluminando las zonas oscuras, –ya sean del poder político o del económico, ponen en evidencia los abusos–, corregir tendencias antidemocráticas… Es por eso que la ecuación verdad y medios es, más que una meta, un camino, que, tal y como diría Santa Teresa, sería un camino de perfección».

Otro de los temas que quiso poner encima de la mesa Ramón Jáuregui fue el de los anuncios de prostitución en la prensa. «Esto se tiene que acabar y, en este sentido, promovimos una consulta al Consejo de Estado para que nos dijera si esta práctica se podía prohibir, a lo que nos respondió que con el actual marco regulatorio no. Ante esta situación, lo que vamos a hacer es una proposición de ley, de acuerdo con todos los grupos políticos, para prohibir los anuncios de prostitución no ya sólo en los medios escritos, sino también en los audiovisuales. Estamos en ello, pero queremos dar un plazo a los medios para que se adecuen. Nuestro objetivo es que esta normativa entre en vigor en unos meses de forma transitoria, para que en un tiempo determinado esto desaparezca de nuestros medios».