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ANÁLISIS: Armonía con la fe por Javier Sánchez Cañizares

La Razón
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l ¿Es correcto hablar del descubrimiento de la partícula de Dios con este hallazgo?
–En parte sí y en parte no. Lo del nombre se lo dio un científico (Lederman) porque es una manera de significar la importancia de esta partícula. Hoy, hay una serie de datos que apuntan a este descubrimiento, pero a mí me parece un poco pretencioso tildarlo de divino. Este hallazgo consigue que la teoría encaje en la teoría pero faltan cosas por explicar. La ciencia explica unas cosas que la religión no hace.

l ¿Abre este hallazgo un nuevo enfrentamiento entre ciencia y religión?
–La ciencia confirma el modelo estándar de Física de Partículas, pero es provisional porque hace falta que lo asimile la comunidad científica. En ese sentido, la ciencia se ocupa del cómo y la religión, del qué y el porqué último. Lo que revela el descubrimiento de hoy es que las predicciones de la realidad se cumplen. Es decir, podemos conocer la naturaleza, la verdad. Es un reforzamiento de las religiones que ven la fe y la razón.

l ¿Choca de alguna manera con las creencias cristianas?
–No, es una demostración del conocimiento. Explica por qué los fundamentos tienen la masa que tienen. El bosón vuelve abajo y explica este porqué. No choca con ninguna religión. Muestra la armonía entre ambos.

l ¿El anuncio del CERN explica mejor el origen del universo?
–Explica qué es la masa, cómo aparecen las partículas fundamentales. La teoría de Higgs se elaboró en los 60 y hacía falta una evidencia de la aparición del bosón. La nueva partícula encaja en la cuestión de las interacciones fundamentales. En la naturaleza hay constituyentes básicos: los materiales, que son los electrones, fermiones, etc. Por otro lado, está su forma de interaccionar a través de cuatro fuerzas diferentes: la gravedad, la electromagnética, la nuclear fuerte y la nuclear débil. El bosón se situaría en la interacción de las partículas y de los campos de fuerza y provocaría la aparición de la masa. Sería el responsables de, en un momento dado del origen del universo, dotar de masa a esas partículas.

l ¿Qué aplicaciones puede tener este descubrimiento en nuestro día a día?
–El problema con la ciencia básica, a la que pertenecería el bosón, es que no tiene una aplicación inmediata. Sabemos que en el futuro tendrá un desarrollo importante como lo ha sido la Teoría de la Relatividad para la creación del sistema GPS. Por otra parte, la teoría atómica se ha aplicado en la base de los materiales para ordenadores, para la computación. No hay un modelo que explique cómo se va a aplicar pero sabemos que revertirá de alguna manera.

 l ¿Cómo puede entender una persona de a pie este hito de la ciencia?
–El bosón no aparece de repente. Es una partícula que dura muy poco y se deduce su existencia de los productos finales. Se podría explicar con un ejemplo: es como si las partículas fundamentales fuesen diferentes tipos de fruta y quisiéramos adivinar de qué árbol proceden, de qué bosque, de qué tierra. El bosón sería como el humus de ese terreno, la energía necesaria. Lo apasionante es descubrir qué hay debajo de ese suelo.

 

Javier Sánchez Cañizares
Teólogo y físico de la Univ. de Navarra