Conciertos

El sonido de un Testore

La Razón
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Ciclo de la OrcamStranvisnki: «El rey de las estrellas»; Prokofiev: «Sinfonía concertante para violonchelo y orquesta»; Igoa: «Pórtico de la quimera»; Debussy: «Iberia». Orquesta y Coro de la CAM. Director: José Ramón Encinar. Auditorio Nacional, Madrid.

Muy bien estructurado el concierto. Enrique Igoa es hábil en la combinación de voces y en la gradación de intensidades. En «Pórtico de la quimera» combina una cita de Garcilaso, un soneto del simbolista Mallarmé y un poema de Darío. Pese al buen trabajo compositivo, el conjunto no acaba de funcionar. Lenguaje cuidado y ecléctico, con extensos pasajes de la percusión, recitados y franjas cantadas. No llega a producirse la deseada síntesis.Dobles cuerdas, notas «spiccato» y ascensos al sobreagudo pide la latosa obra de Prokofiev, en la que Altenburg mostró agilidad, afinación, relativo volumen y bello sonido, extraído de un Testore de 1690. Orquesta y director cuajaron una excelente versión de la rara composición de Stravinski, de tan ardua entonación. El toque «sfumato» y el juego asordinado de Debussy nos parecieron en su punto. Magnífica transición de «Los perfumes de la noche» y estupenda intervención del clarinete solista, Justo Sanz. En exceso apresurado el final.