El pontificado de Francisco
Viernes Santo mirando al cielo
Después de un Jueves Santo sin procesiones por culpa de la lluvia, Madrid puso todas sus esperanzas en los Pasos del Viernes Santo. A las 19:00 horas, momento en el que debían procesionar las primeras, fieles y turistas miraban a un cielo gris y lluvioso.
Después de esperar varios minutos a que la lluvia cesara, las Cofradías de Jesús de Medinacelli, El Silencio, El Divino Cautivo y Los Siete Dolores fueron las primeras que decidieron cancelar sus procesiones, con lo que los cientos de devotos del Señor de Madrid tuvieron que conformarse con un «besapiés» en el interior de la Basílica de Jesús de Medinacelli, donde no hubo hora de cierre.
Las que sí desafiaron a la lluvia fueron el Santísimo Cristo de los Alabarderos y el Santo Entierro. Con una hora de retraso logró salir en primer lugar el Cristo crucificado de la Fe, que desde 2003 escoltan los Alabarderos de la Guardia Real tras recuperar una tradición que se había perdido durante la Guerra Civil. Cientos de personas aplaudieron la «valentía» bajo la ligera lluvia que aún caía cuando la talla de madera policromada, obra del artista toledano Felipe Torres Villarejo, dio sus primeros pasos frente a la puerta del Príncipe del Palacio Real bajo los acordes del himno nacional.
Los 32 andaderos que portan al Cristo de los Alabarderos, de 1,83 metros de altura, procesionaron a ritmo marcial de tambores y pífanos, desde la Plaza de Oriente hasta la Catedral Castrense por las calles Bailén, Mayor, Sacramento, Cordón, Plaza de la Villa, Ciudad Rodrigo, Plaza Mayor, Postas, San Cristóbal, Milaneses, Santiago, plaza de Ramales y San Nicolás, para terminar a las 21:00 horas en la Catedral Castrense, donde este Paso, el más joven –año 2008– y quizás el más vistoso de Madrid, quedó guardado hasta la próxima Semana Santa.
El Yacente, el otro «valiente»
La otra procesión que también desafió al mal tiempo fue la del Santo Entierro. Las previsiones de que a partir de las ocho de la tarde cesaría la lluvia se cumplieron, por lo que el Cristo Yacente de la Vida Eterna pudo salir puntual, a las 20:30 horas, de la Parroquia de la Santa Cruz. La talla «Lignum Crucis» de Jacinto Higueras (1941) realizó un recorrido más corto y sin el nuevo trono dorado que iba a estrenar.
Además, ante el temor de que volviera a llover, los cofrades decidieron que no saliera el otro paso, el de Nuestra Señora de la Paz. Cientos de fieles y turistas agradecieron la salida acompañando el paso del Yacente desde la calle Atocha hasta la Plaza de Jacinto Benavente. La imagen recortó su camino habitual y volvió a su parroquia atajando por la calle la Bolsa. La Semana Santa tocará hoy su fin con la misa de las 11:00 horas en el Monasterio Corpus Christi «Las Carboneras», situado en la Plaza del Conde de Miranda y con la tradicional Tamborrada de Resurrección a las 12:00 horas en la Plaza Mayor.
La Infanta Elena y Pitingo
El cantante Pitingo sorprendió a los cofrades y devotos del Cristo Yacente del Santo Entierro con una saeta que entonó desde un balcón del Teatro Calderón de la Plaza de Jacinto Benavente. La Infanta Elena, por su parte, asistió a la procesión del Cristo de los Alabarderos, que desde la Plaza de Oriente custodia la Guardia Real.
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