El mejor juego

El fútbol es juego colectivo. Por muy brillantes que sean sus estrellas, deben acoplarse al conjunto. Los jugadores importantes han tenido siempre en la cabeza la solidaridad. El Real Madrid fichó este pasado verano a un futbolista que será grande porque a la calidad aporta la idea de que juega con otros diez compañeros. En Özil tiene mucho valor su mirada hacia su alrededor.

El Real Madrid, con Özil expansivo, necesitó media hora en El Sardinero para poner el partido ante el Racing a su favor. Marcó dos goles, envió dos balones a los palos y tuvo varias ocasiones de gol como la de Marcelo que ni él mismo se explicará el error ante Toño.

El Madrid no tuvo que pensar obligatoriamente en Cristiano Ronaldo. El portugués, jugador importantísimo cuando está en el campo, determina un tipo de fútbol mucho más directo y menos elaborado. Ayer, uno de los goles llegó porque tocaron el balón varios jugadores. No fue un momento de inspiración individual, sino una acción con participación de creadores y rematadores. La parte fundamental de ambas acciones estuvo en las botas de Özil.

Fue, probablemente, el mejor partido del Real Madrid como visitante en la presente temporada. No sólo porque la ausencia de Cristiano Ronaldo permitiera otras soluciones distintas a las habituales, sino también porque en el centro del campo junto a Xabi Alonso estuvo Granero, futbolista muy diferente a Khedira y Lass.

El segundo tiempo del partido ante el Racing lo tomó el Madrid como descanso y estuvo a punto de sufrir. Casillas paró un penalti. Con el 1-2 espabiló el equipo y Benzema marcó el tercero para que se acabaran las dudas. Adebayor falló un penalti tan mal lanzado como el del Racing. Mourinho dio minutos al ex racinguista Canales, pero marginó a Pedro León. Prefirió al canterano Fernández.