Chamartín
Atacar desde la defensa
BARCELONA- El Barça recibe mañana en el Camp Nou al Bate Borisov en un partido intrascendente que ni siquiera servirá para hacer pruebas de cara al clásico. Los azulgrana tienen el primer puesto de su grupo asegurado y Guardiola apenas ha convocado a siete jugadores habituales del primer equipo –Pinto, Piqué, Thiago, Maxwell, Fontàs, Pedro y Cuenca– para la cita. El resto tienen fiesta hasta mañana. Todos tienen la misión de descansar las piernas para llegar en el mejor estado de forma posible al Santiago Bernabéu.
La cita ante el Madrid se convirtió en la única preocupación de los azulgrana desde el momento que Teixeira Vitienes pitó el final del choque ante el Levante. La visita del Bate molesta más que cualquier otra cosa. Aunque Guardiola no podrá empezar a preparar el clásico con sus hombres hasta el miércoles, su cabeza hace días que trabaja con la vista puesta en Chamartín.
«Es mucho riesgo», decía el técnico sobre la posibilidad de alinear tres defensas, algo habitual en sus últimos partidos, ante los de Mourinho. Pero lo cierto es que esa posibilidad va cogiendo forma cada día que pasa. Prescindir de un defensa para incorporar un centrocampista que garantice el dominio del balón es una posibilidad que place a Guardiola, al que sólo le frenan el escenario y el rival.
La incorporación de Cesc Fàbregas ha abierto el debate. Junto a Busquets, Xavi e Iniesta, el de Arenys es el que puede forzar al técnico a jugar con tres atrás para darle cabida. Su llegada desde segunda línea ha supuesto un salto adelante en el juego azulgrana. Además, Cesc tiene muy claro que el Barça no puede ceder en el Bernabéu. «Si sales con un poco de miedo o a ver qué pasa, es un campo muy peligroso», asegura. El problema de los tres defensas es que hay que prescindir de Piqué o Puyol. Mascherano y Abidal son fijos con este dibujo.
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