Cataluña

Reflexión

La Razón
La RazónLa Razón

No entiendo que me concedan un día para reflexionar lo que tengo decidido desde mucho tiempo atrás. Y no creo que haya un solo español con intención de votar que no tenga resuelta la consecuencia de su reflexión anterior a este día. Voy a votar. Todos los sistemas son mejorables, pero el democrático es el único que se acerca a la libertad y los derechos humanos. En nuestro sistema es urgente igualar el valor de los votos de todos los españoles. En la actualidad, el voto de un madrileño, un montañés, un andaluz o un extremeño es menos valioso que el de un vasco o un catalán. En nuestro sistema es urgente modificar el fraude de las mayorías pactadas. El partido que más votos obtenga es el que tiene que gobernar. En nuestro sistema hay que cambiar, aunque no se atrevan los grandes partidos a enfrentarse con los nacionalismos, la Ley Electoral. En una democracia, la abstención es un derecho, por supuesto. Pero la abstención es también un impedimento moral y ético para protestar con derecho y libertad.

Ignoro cómo va a terminar lo de la acampada en la Puerta del Sol de los indignados y los infiltrados en la indignación. El PSOE es magistral cuando se trata de extender la gasolina ante una casi segura derrota. Pero me inclino a pensar que en la presente ocasión, no hay manipulación que les sirva. Han alcanzado, durante sus siete años gobernantes, el más alto nivel de incompetencia. Han demostrado tener una infinita capacidad para equivocarse. Han arreglado todos los problemas que España no tenía, creando más problemas aún. Han despilfarrado el dinero público. «El dinero público no es de nadie», dijo una ilustre ministra socialista. Lo contrario. El dinero público es de todos. Han mentido descaradamente en su momento negando la crisis económica. Mientras las naciones con Gobiernos serios adoptaban medidas urgentes para sobrellevar los malos vientos, Zapatero mentía, insultaba a los que anunciaban la crisis económica y prometía la idílica situación del pleno empleo. Cinco millones de parados es su pavoroso saldo. Han utilizado la Justicia en su favor, contando con la colaboración de fiscales y jueces dispuestos a ello. Han pronunciado en siete años el mayor número de sandeces y tonterías que caben en ese período de tiempo. Se han desdicho y han sido obligados a desdecirse. Han gobernado con sectarismo, resentimiento y compulsiva majadería.

Han borrado a España del respeto y el protagonismo en la política internacional. Han procedido a llevar a cabo recortes sociales que nunca habrían sido demolidos por esa «Derecha» a la que tanto aborrecen. Han actuado como socialistas de principios del siglo XX, y no como socialdemócratas de su tiempo. Han abierto heridas cicatrizadas y rencores dormidos. Se han cargado la armonía de la reconciliación. Han pretendido ganar con setenta y cinco años de retraso una terrible guerra civil que perdieron, con toda seguridad, por sus errores. Y han intentado instalar en España el ambiente de aquellos años insufribles. Han pactado con el entorno del terrorismo etarra su vuelta a las instituciones democráticas. Han sido unos paletos. Han gobernado en Cataluña con los que desean que Cataluña se deslinde de España. Han gobernado en Galicia con los que desean que Galicia se independice de España. Han sido desastrosos. No necesito reflexionar mi voto. Será para los únicos que pueden ganar a quienes nos han llevado al borde del abismo. Mi voto está reflexionadísimo.