Barcelona
El consumo de «drogas legales» se dispara gracias a internet
La organización Energy Control ha alertado hoy de la peligrosa propagación en España del consumo de "legal highs", una droga química que se comercializa en Internet, disfrazada como incienso o sales de baño para eludir los controles sanitarios, y cuyos efectos sobre la salud son aún desconocidos.
Los responsables de Energy Control, programa de la Asociación Bienestar y Desarrollo (ABD) dedicado a la prevención en el consumo de drogas, han pedido hoy en rueda de prensa a las administraciones que destinen recursos a investigar las "legal highs"-literalmente "subidón legal"-, tras detectar un aumento del consumo de esa droga, consolidada ya en los países del norte de Europa.
De acuerdo con el último Eurobarómetro, un 5 % de los jóvenes españoles de entre 14 y 24 años ha consumido "legal highs", compuestos químicos psicoadictivos, algunos de ellos "muy potentes"que se anuncian y venden por Internet como alternativa a drogas ilegales como la cocaína, la anfetamina o la marihuana, según Núria Calzada, coordinadora de Energy Control.
Para evitar los controles sanitarios, esas sustancias, que no están fiscalizadas, se venden bajo la apariencia de sales de baño, incienso, limpiadores de "bong"(pipas de agua) o artículos para coleccionistas, con las advertencias de "no apto para consumo humano"o "mantener fuera del alcance de los niños".
Alternativa a la cocaína
La denominación de esas drogas como "legales", según Energy Control, puede llevar a confusión a los consumidores ante la creencia de que se trata de sustancias sin riesgos, aunque sus efectos no han sido probados, ni sobre humanos ni sobre animales, y se desconocen los daños que puedan provocar a corto, medio y menos aún a largo plazo sobre la salud humana.
Desde el año 2010, Energy Control ha analizado 28 muestras de esas sustancias procedentes de toda España, un 70 % de ellas en forma de polvo, que se ofrecían como alternativa a la cocaína o el "spit"y en su mayoría estaban compuestas de "khat", una planta de poderoso efecto estimulante que se cultiva en África.
Otra parte de los "legal highs"analizados, que emulan los efectos del éxtasis, se comercializan en forma de cápsulas y contienen sustancias estimulantes, alucinógenos y empatógenos, mientras que las que se venden en forma de incienso herbales, que imitan a la marihuana, están formadas por potentes cannabinoides sintéticos.
Uno de los grandes peligros de esos "legal highs"-que se venden a entre 10 y 40 euros- es que no incluyen indicaciones sobre su uso, aunque los patrones de las drogas que emulan no pueden extrapolarse al tratarse de sustancias distintas, y que un mismo producto puede tener distintas composiciones -algunos mezclan hasta cuatro elementos-, por lo que el consumidor no puede fiarse de su experiencia previa con ese estupefaciente.
Brotes y crisis de ansiedad
Pese a la falta de estudios sobre esa nueva droga, muy extendida en Estados Unidos, el norte de Europa y hasta Japón, se conocen casos en que han provocado brotes psicóticos, crisis de ansiedad, vasculitis, vasoconstricción -lo que supone un riesgo grave para las personas con problemas cardiovasculares- y psicosis tóxicas.
Por ese motivo, Energy Control recomienda a los consumidores que extremen las precauciones al tomar esa droga -con un análisis previo de las sustancias que adquieran- y exige a las administraciones que destinen recursos a hacer un seguimiento del consumo y comercialización de "legal highs", así como de sus efectos.
Núria Calzada y Josep Rovira, director del área de drogas de ABD, han insistido en que la fiscalización de esas sustancias no es el camino, porque su venta acaba derivándose hacia el mercado ilegal y provocando la aparición de nuevos tóxicos como sustitutos.
De hecho, los "legal highs"han surgido precisamente como reacción del mercado a la ilegalización de drogas como la cocaína, los éxtasis y el cannabis, según la teoría de Energy Control, que apuesta por que las administraciones regulen la venta de esas sustancias -siempre a mayores de edad- mientras investigan sobre sus efectos.
En cualquier caso, los responsables del programa antidrogas han enviado un mensaje tranquilizador a la población sobre el acceso a esas sustancias, dado que su publicidad es muy limitada y las posibilidades de confusión son mínimas: sus consumidores suelen ser usuarios de drogas que las compran con intenciones lúdicas.
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