Buenos Aires

El cierre en falso del «corralito»

La presidenta argentina anuncia el último pago de la deuda a pesar de que 4,4 millones de argentinos están por debajo del umbral de pobreza

Cristina Fernández de Kirchner anunció a bombo y platillo en la Bolsa de Comercio en Buenos Aires, el último pago que Argentina contrajo durante la crisis bancaria de 2001
Cristina Fernández de Kirchner anunció a bombo y platillo en la Bolsa de Comercio en Buenos Aires, el último pago que Argentina contrajo durante la crisis bancaria de 2001larazon

BUENOS AIRES- Como era de esperar, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner pintó, durante la cancelación del último pago contraído durante el corralito, un país maravilloso donde los trabajadores tienen los mejores salarios de latinoamérica, donde los empresarios se han cansado de ganar dinero y donde el endeudamiento es cosa del pasado. No explicó, sin embargo, por qué con indicadores de tanta solvencia, el Gobierno ha recurrido a medidas tan drásticas e inéditas como el cepo cambiario. Tampoco explicó por qué Argentina es el segundo país con más inflación del mundo, ni por qué la pobreza afecta a 4,4 millones de personas. La realidad es que muchos argentinos jamás levantaron cabeza tras el corralito. Y es que si la presidenta no hubiera aclarado en la Bolsa de Comercio que el pago final del Boden 2012 era un motivo de reflexión y no de festejo, éste habría tenido un clima extraño. Salvando las distancias, se habría asemejado a la celebración de alguien que logra cancelar la última cuota de un gravoso préstamo hipotecario en dólares. En medio de la euforia, Kirchner deja de lado que sus ingresos no le alcanzan para vivir, y que debería pagar tasas usurarias si intentara financiar a largo plazo cualquier mejora o ampliación.

El país que describió Cristina corresponde a la primera parte del relato y omite cuidadosamente la segunda. Para corroborar su versión, la mandataria se rodea de todo un séquito de economistas que, en definitiva, nos cuentan una situación verdaderamente ideal, si ocurriera lo que hoy no ocurre: que el PBI siguiera creciendo a «tasas chinas», que la inflación fuera aún inferior a los ficticios índices del Indec y que los jubilados que cobran la mínima pudieran arreglárselas desde el próximo mes con 64 pesos diarios –10 euros–. Se justifica que la presidenta capitalizara políticamente la cancelación del Boden 2012 con el pago en efectivo de 2.197 millones de dólares, a poco más de diez años de la crisis de 2001/2002, provocada por el estallido de la convertibilidad, el pago de la deuda y sus traumáticas secuelas. ¿Pero fue la dinastía Kirchner la que sacó a Argentina del abismo o, por el contrario, el país salió a flote por la coyuntura internacional? Aún no hay unanimidad.


España, «país de la joda y el ladrillo»
La presidenta argentina volvió a comparar a la Argentina de 2001 con la España actual, bautizada como «el país de la joda y el ladrillo». Para Kirchner, el Gobierno español invierte millonarias sumas en rescatar a los bancos mientras ignora a sectores afectados por la crisis como los mineros. Sin embargo, las recetas argentinas no sirven en España, integrada en la UE. Argentina tuvo las manos libres a la hora de acometer las reformas, como devaluar el peso argentino hasta que se acomodó con el dólar.