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El Barça se agarra al marcador

El Barcelona anda falto de alegrías y una victoria ante Osasuna, aunque sea casi pidiendo la hora, parece suficiente para pasar página de la derrota copera en Mestalla y afrontar los dos próximos duelos contra el Madrid con cierto optimismo. Si, además, Messi vuelve a marcar y supera a Cristiano en el «pichichi», mucho mejor.

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Mendilibar volvió a dar motivos a Guardiola para que le siga elogiando, como hace siempre que habla del técnico vizcaíno. Osasuna plantó cara al Barça sin necesidad de encerrarse en su área, desmontando algunas teorías conspiratorias que corren por el entorno azulgrana. Con la línea de presión bien arriba, ocupando bien los espacios y cerrando las líneas de pase, el Barcelona sufre para sacar el balón y enlazar sus habituales jugadas de toque.

El desgaste físico y psicológico que sufrió el equipo azulgrana el pasado miércoles en Mestalla obligó a Guardiola a hacer un once completamente inédito. La proximidad de la semifinal de la Liga de Campeones, además, añadió un poco más de precaución a su decisión. Piqué, en el palco junto a Shakira, y Xavi, Iniesta y Messi, en el banquillo, dejaron su lugar a los menos habituales. Aunque la inoperancia de sus compañeros provocó que el técnico acabara dando entrada a los tres en la segunda parte.

El encargado de hacer funcionar al Barcelona fue Thiago, que en cada partido que juega da la sensación de que crece un poquito. La materia prima es insuperable. El problema es que ayer no encontró socios para crear juego. En defensa, Mascherano completó otro gran partido como central. Si el argentino creciera unos centímetros, se convertiría en uno de los mejores centrales del mundo.

Al Barça le faltó precisión, pero se encontró con el gol en la única jugada de combinación que enlazó. Afellay abrió a Jeffren y éste dio un preciso pase al segundo palo, donde esperaba Villa. Pero ni siquiera el gol provocó que los azulgrana se conectaran al partido, dejando la puerta para que Osasuna continuara con opciones. Y en partidos así, es cuando Valdés emerge como un seguro para su equipo. Al filo del descanso, Mendilibar ya celebraba el gol cuando asistió boquiabierto a la reacción de la «pantera» de L'Hospitalet al chute de Damiá. No fue gol, pero con cualquier otro portero lo hubiera sido.

A pesar del marcador, Osasuna era el que más cómodo estaba con el partido. Con un Barça incapaz de generar ocasiones, los «rojillos» salían rápido cuando robaban y a las gradas del Camp Nou se le subían los colores. Nadie respiró tranquilo hasta la recta final, cuando Alves encontró a Messi, que amplió a 50 su cuenta goleadora de la temporada. Todo, además, jugando con diez, ya que Maxwell deambulaba por el terreno de juego, lesionado. El brasileño se suma a Abidal y Adriano en la enfermería, dejando a Guardiola sin ningún lateral izquierdo sano. Con el Madrid asomando en el horizonte, la recuperación de Puyol puede ser decisiva.

Villa rompe el gafe y supera a Ibra
Cuando David Villa está deprimido, lo mejor que le puede pasar es jugar contra Osasuna. Después de sumar once encuentros sin marcar, la peor racha de su carrera, el «Guaje» admitió que se empezaba a «preocupar». Pues preocupaciones fuera, porque Villa volvió ayer a encontrarse con el gol y con el cariño de la afición, que le despidió con una gran ovación. Ante Osasuna, firmó su tanto número 12 en 16 partidos ante los «rojillos». La diana, además, permite al delantero asturiano alcanzar la cifra de 22 goles en su primera temporada defendiendo la camiseta del Barcelona. Su predecesor en el centro de la delantera azulgrana, Zlatan Ibrahimovic, sumó 21 en toda la temporada pasada. Villa tiene ahora siete u ocho partidos para seguir ampliando sus marcas.