Comunidad de Madrid
Últimos retoques a la nueva Gran Vía subterránea
Los técnicos concluirán en las próximas semanas la instalación de las vías y el acondicionamiento del tercer «túnel de la risa». La obra entre Atocha y Chamartín no se inaugurará hasta 2013
MADRID- En apenas unos meses, Adif podrá poner punto y final a la más importante obra de infraestructuras que se lleva a cabo en estos momentos en la Comunidad de Madrid. Estos días los operarios dan los últimos remates al tercer «túnel de la risa» que unirá la Alta Velocidad del sur con la del norte conectando bajo la capital las estaciones de Chamartín y Atocha. Una gran obra de ingeniería que empezó a vestirse por dentro en abril del año pasado y que está previsto que se termine a finales de 2012.
En la actualidad, informaron desde la empresa dependiente del Ministerio de Fomento, los técnicos trabajan en la instalación de las nuevas vías, las catenarias –que permitirán que la electricidad llegue a los trenes–, los sistemas de señalización –para que, una vez abierto, el tráfico fluya por este túnel de 7,3 kilómetros sin problemas– o en el revestimiento de las nueve salidas de emergencia de esta infraestructura.
Los trabajos tienen su complicación. El túnel cruza la capital de punta a punta bajo edificios tan emblemáticos como la Puerta de Alcalá, el Casón del Buen Retiro o el museo Arqueológico (además de ocho líneas de metro y dos de cercanías) por lo que la infraestructura ha sido dotada de tecnología anti-vibraciones. Sus vías, de ancho internacional, tienen la particularidad de que están cubiertas por un compuesto plástico que absorverá los movimientos de los trenes para que los «vecinos» no noten su paso en absoluto.
Para los responsables de la obra, la seguridad de los edificios ha sido primordial. Por eso, todo el proyecto ha contado con exhaustivos informes previos sobre las condiciones del terreno y, a través de 3.548 dispositivos, han logrado controlar los posibles movimientos de los terrenos y han protegido con pantallas las 27.300 dovelas empleadas en la contrucción del túnel para evitar derrumbes o la aparición de grietas.
Queda poco, pero la inauguración, que permitirá a los viajeros de los AVE hablar de Madrid no como una ciudad de «trasbordo», sino como una estación de paso, se retrasará aún algunos meses más. Y es que, aunque el túnel principal está practicamente terminado, la infraestructura no estará completa hasta que se ejecute un «tunelillo» (otro subterráneo de 900 metros de longitud) que permitirá conectar en Atocha el tercer «túnel de la risa» con la playa de vías de la céntrica estación. Mientras se llevan a cabo estos trabajos, que se realizarán por el método tradicional (a pico y pala), el túnel principal se pondrá en servicio con trenes convencionales.
Además de la construcción de este acceso ferroviario, los técnicos estarán ocupados durante estos meses en cerrar el agujero de 35 metros de profundidad que abrieron frente a la fachada antigua de Atocha para poder sacar la cabeza de la tuneladora que se encargó de horadar el túnel principal. Gran Vía, nombre con el que se «bautizó» a la macroexcavadora que trabajó en esta obra hasta febrero de 2011, avanzó hacia el sur de la ciudad a un ritmo de 25 metros diarios dejando en su regreso a la superficie un agujero en el centro de Madrid que los miles de conductores que circulan a diario por la zona han tenido hasta ahora que rodear.
La obra, en la que Fomento ha invertido 206 millones de euros desde 2007, consta de un túnel de diez metros de diámetro y doble dirección que permitirá, o al menos estos son los planes del ministerio, convertir a Madrid en una gran estación intermodal en Barajas. El aeropuerto, punto al que ya han llegado el metro y el cercanías, tendrá de momento que esperar a que se termine completamente la obra entre Chamartín y Atocha pero ya es el próximo objetivo de la red AVE.
206 millones de euros de inversión
Para la excavación, instalación de vía y equipamientos de seguridad del tercer túnel de la risa, se han invertido más de 206 millones de euros por parte del Ministerio de Fomento, cofinanciados con fondos europeos. En concreto se acudió al as Ayudas de las Redes Transeuropeas de Transporte 2007-2003 y al Banco Europeo de Inversiones. Además del presupuesto de adjudicación, en breve se aprobarán nuevas inversiones destinadas a la electrificación, señalización y telecomunicaciones en el subterráneo que comunica la estación de Atocha con la de Chamartín.
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