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Caracas

Cubillas «el peleón»

Ya no tiene ese rostro adolescente que existía en su ficha policial de España. José Arturo Cubillas Fontán, antiguo miembro de ETA, es autor de unas 30 acciones terroristas y está reclamado por la Justicia española por tres asesinatos

Cubillas «el peleón»
Cubillas «el peleón»larazon

 Llegó deportado a Caracas en 1989. Ha conseguido disfrazar su personalidad con la apariencia de un vasco avispado, que logró, a la sombra de la buena acogida del pueblo venezolano, medrar en su negocio, el restaurante de la Casa Vasca donde celebraba el día del Gudari Eguna (soldado vasco) y tiempo después montó otro situado en El Hatillo, al que bautizó con el nombre de Oker, el nombre del comando al que perteneció. Pero aparcó los fogones para dirigir la Oficina de Administración y Servicios del Ministerio de Agricultura y tierras en 2005. Desde 2007 es jefe de Seguridad del Instituto Nacional de Tierras (INTE), un organismo que ha llegado a confiscar alrededor de 40.000 fincas supuestamente improductivas.

«En Venezuela la gente sabe muchas más cosas de Cubillas que lo que se sabe en España. Ha incautado numerosas tierras que son invadidas por bandas armadas del Gobierno venezolano, roban el ganado y varios extremistas de ETA participan en esas expropiaciones. Además, el porcentaje de españoles expropiados curiosamente es elevado», aseguran algunos que han conocido su forma de trabajar.

A muchos le sorprendieron los puestos alcanzados por Cubillas en el Gobierno de Chávez, otros lo ven una «cadena de consecuencias» de las relaciones que giran entorno al presidente venezolano. «En el Gobierno de Chávez hay muchos de extrema izquierda que son los que podrían haber impulsado y promocionado» al etarra. Sin embargo, a los más allegados de su entorno sí les llamó la atención que aceptara un puesto de tanta relevancia que sale incluso en la Gaceta Oficial. A pesar de que Cubillas ha logrado que no haya apenas imágenes públicas suyas «no se esconde».

Visiones contrapuestas

Los que han tenido la oportunidad de tratar con él más de cerca dicen que «Cubillas nunca ha sido visto con buenos ojos por aquí, es un hombre imprudente, muy peleón, y busca siempre el conflicto» y es que cuando se llega a Venezuela se les hace firmar un documento en el que se comprometen a no llevar a cabo ninguna actividad política que esté relacionada con el pasado. «Hay una parte de la población que le repudia, pero también otros simpatizan con él de la misma forma que simpatizan con el Gobierno venezolano o con los jefes de las FARC», cuentan.

Por el cargo que ocupa, algunos aseguran que mantiene una estrecha relación con mandos de la Guardia Nacional y de la Dirección de Inteligencia Militar, «incluso se les ha podido ver juntos de tragos». «Cuando se trasladó con los terroristas para entrenarlos, iba con hombres con chalecos, de los que ponen orden aquí, los de seguridad», asegura otro de los caraqueños. Y es que el nivel de vida del etarra es elevado: dispone de coche oficial, viajes pagados, guardaespaldas, buena casa… «se mueve a un alto nivel, tiene paso en todos sitios» afirman los vecinos que en muchos casos no les importa demasiado el historial del terrorista. «Aquí lo único que nos importa es que no nos pongan bombas a nosotros». Y es que en latinoamérica siempre ha habido la cultura de «tolerar a los etarras». «Se integran muy bien y montan restaurantes. Además, nos encanta la comida vasca», narran algunas fuentes de la oposición antichavista.

Según publica el periódico venezolano «La Verdad», José Arturo Cubillas ejerció como mediador del organismo gubernamental de tierras en una protesta de trabajadores de la empresas Torondoy Central Venezuela y Ganadera Santa María. El 29 de julio de 2009 donde ejerció como mediador del gobierno de Chávez en la reunión que puso fin a los tres días de manifestaciones de aproximadamente 1. 500 trabajadores enardecidos por más de 100 ocupaciones ilegales en las fincas donde se produce caña de azúcar y se fomenta la agricultura Sucre.

Su nómina en los últimos tres años es de 104.347 bolívares, unos 20.000 euros. Su trabajo sería una «tapadera», según la oposición, para continuar ligado a acciones terroristas.


«Merecedora» de su puesto
Arturo Cubillas está casado con Goizeder Odriozola Lataillade, una joven periodista venezolana de padres vascos. Se conocieron en el mismo país caribeño en el que ahora reside, ya que regentaban la misma comunidad vasca que se encuentra allí. También dejó los pucheros cuando Hugo Chávez llegó al poder y ha ocupado un total de seis altos cargos en la Administración venezolana. En la actualidad, es la directora de la Oficina de Información y Relaciones Públicas del Ministerio de Agricultura y Tierras. Además, es la asistente y mano derecha del vicepresidente Elías Jaua, que anteriormente ocupó la cartera de Agricultura.
«Los escalones que separan a Cubillas de Chávez es sólo uno» cuentan, e incluso la ven «merecedora» de los puestos que ha obtenido, al contrario que pasa con el propio Cubillas.
En la imagen, también parte del reportaje de Antonio Salas, trataba de impedir que la grababan cuando se encontraba junto al vicepresidente del país.