Cataluña
Entra en vigor la prohibición de la prostitución en las calles de Barcelona
El Ayuntamiento suprime el aviso previo de la Guardia Urbana y aumenta sustancialmente las sanciones
BARCELONA- La prostitución callejera en Barcelona tiene sobre el papel los días contados en Barcelona. El Ayuntamiento, a propuesta del PP, ha modificado los dos artículos de la ordenanza de civismo que hacían referencia al trabajo sexual en el espacio público para incrementar las sanciones o conmutarlas en el caso de que las prostitutas reciban cursos de formación.
La pasada ordenanza establecía que la negociación entre prostituta y cliente se podía realizar si no reñía con «los diferentes usos del espacio público». La nueva normativa suprime estas zonas de tolerancia y el aviso previo que recibían prostitutas y clientes. Las multas previstas también variarán sutancialmente, ya que podrían llegar hasta los 3.000 euros en caso de mantener relaciones en plena calle. Las sanciones para los clientes también serán mayores (entre 1.000 y 1.200 euros) que para las prostitutas (100-300 euros) y que se agravarán, por ejemplo, si se negocia a 200 metros de un colegio (750-1.500).
La Guardia Urbana ya empezó a actuar en esta línea, y en el primer trimestre las sanciones a clientes crecieron un 35,48 por ciento en relación a los tres últimos meses del 2011, mientras que impuso un 26,8 por ciento menos de multas a las mujeres por ejercer en la calle.
Pese a que la normativa entra hoy en vigor, durante las primeras semanas se hará una campaña informativa sin multar. Las chicas pueden evitar la sanción si participan en los cursos de la Agencia para el Abordaje Integral del Trabajo Sexual (Abits), cuyo presupuesto se ha aumentado un 67 por ciento este año, alcanzando los 1,4 millones. Para el cliente, las multas se elevan a entre 1.000 y 1.200 euros. CiU y PP también han incluido la posibilidad de multar al «cliente potencial», una figura con la que se pretende atajar la demanda de servicios sexuales.
«Mensaje al mundo»
El alcalde de Barcelona, Xavier Trias, afirmó ayer que, con la nueva normativa que multa a los clientes de la prostitución en la calle, se da un aviso al mundo de que la capital catalana no es una ciudad donde se permite la explotación sexual de las personas. «Damos un mensaje al mundo de que Barcelona no quiere ser la ciudad de la explotación sexual de las personas; es una idea que todo el mundo debe tener muy clara», subrayó. El alcalde es consciente de que «no se acaba en cuatro días» con el fenómeno de la prostitución, pero aseguró que la combatirá con los recursos que tiene el consistorio, siempre «persiguiendo al usuario, y no a la persona explotada».
El presidente del grupo de ICV en el Ayuntamiento, Ricard Gomà, por su parte, señaló que la nueva normativa es una «expresión más de la deriva represora y punitiva» del gobierno municipal. Gomà apuntó que con esta decisión CiU va «claramente a remolque» del PP a través del «prejuicio» y del «sectarismo ideológico», y precisó que el alcalde abre la puerta a la «criminalización» del colectivo.
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