Manifestaciones violentas

Piedras del Retiro contra los agentes de la UIP

El detonante de las cargas fue el lanzamiento de botellas y latas contra los policías que custodiaban el Congreso

Una mujer con el pecho descubierto intenta captar la atención de los medios
Una mujer con el pecho descubierto intenta captar la atención de los medioslarazon

Madrid- Ya lo decían en la web de la Coordinadora 25-S: «Hay que provocar una "imagen bomba"». Los activistas que pretendían ayer rodear el Congreso de forma «pacífica» dejaron en casa esas buenas intenciones y acudieron a la cita con «ganas de liarla» a lo grande.
La tarde comenzó tranquila. Sólo los «típicos» silbidos, insultos y provocaciones contra unos agentes de la UIP que ya se lo saben de memoria desde el 15 de mayo del año pasado. Pero a medida que avanzaban las horas y las latas de cerveza iban alfombrando el suelo, se fueron calentando los ánimos hasta que la rama más radical de los manifestantes prendió la mecha.
Zarandear las vallas que protegen el perímetro acotado del Congreso de los Diputados hasta tirarlas al suelo entre 200 personas fue la «acción pacífica» más «light» de la tarde. También lanzaron al aire las vallas que protegían la fuente de Neptuno, pero lo que finalmente provocó las cargas que se produjeron en Neptuno, Cervantes, Cedaceros y aledaños fue el lanzamiento de botellas y latas contra los agentes. Los policías reconocieron a este diario la «tensión» existente tanto en el acceso de la Plaza de Canalejas y en Neptuno donde algunos asistentes portaban palos. «Hemos aguantado lo indecible antes de cargar: botellazos, piedras,... de todo durante más de hora y media», explica un agente de la UIP que participó en el dispositivo de ayer.

Un compañero suyo fue pateado por una decena de radicales, tuvo que ser atendido de urgencia con una brecha y hubo que ponerle un collarín. Pero la novedad con respecto a las concentraciones «indignadas» ha sido la "«radicalidad» de los manifestantes, según guentes policiales. De tal manera que un grupo de unos 200 antisistema –la Policía los identificó como miembros de la CGT y conocidos «okupas» de Madrid– fue al cercano parque de El Retiro a coger piedras y volvieron a la plaza de Neptuno para tirarlas contra los afgentes que cumplían la orden de custodiar el Congreso. «Al "hijo de puta"estamos acostumbrados, pero esta rabia y violencia nos ha sorprendido», señaló uno de los agentes de la UIP. «La paciencia tiene que ser infinita porque yo he detenido hoy a una mujer gritándome en la cara durante cuarenta minutos y no puedo hacer nada. Callarme y tratar de pensar en otra cosa para no calentarme».
Pasadas las doce de la noche ya se podía circular por la zona más caliente de la jornada. Eo sí, las carreras continuaban al cierre de esta edición. Cientos de «indignados» se concentraban en la Puerta del Sol en una improvisada asamblea en la que se dirimía si continuar hoy con las protestas a las siete de la tarde. Mientras, otros intentaban refugiarse en la estación de Atocha, donde llegaron unidades de antidisturbios. Su objetivo era conectar con los manifestantes de Sol. Las autoridades, para evitarlo, cortaron el metro en la estación del centro de Madrid.

EL 25-S SIGUE EL MANUAL AL PIE DE LA LETRA
Los manifestantes siguieron ayer el manual difundido por la Coordinadora 25-S a la perfección. Hicieron una retransmisión por «streaming» a través de internet y fueron contando a través de sus «smartphones» todo lo que pasaba tanto en Twitter como en Facebook, redes sociales en las que colgaron minuto a minuto miles de fotografías («guerra de imágenes») de los altercados con la Policía y de la evolución de la protesta tanto en Neptuno como en Sol. Hicieron una asamblea dentro del círculo de control policial (denominado como «kettle») enfrente del Congreso, se agarraron los brazos y también se pusieron de rodillas con las manos en la cabeza con el objetivo de tratar de «evidenciar la violencia policial», como reza el manual.