África

Bruselas

Horas inciertas por Luis ALEJANDRE

La Razón
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Sarkozy ha reactivado aquella frase de Mitterrand, «ningún gobernante es dueño del sufrimiento de sus súbditos» que desarrolló el principio de «injerencia humanitaria» diseñado por Betatti y Kouchner. Esta idea de «injerencia» preside la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad que legitima las acciones en fuerza contra un miembro de pleno derecho de la Organización como es Libia, forzando uno de sus principios constitutivos (Artº 2.7): «Ninguna disposición de esta Carta autorizará a la ONU a intervenir en los asuntos que son de la jurisdicción interna de los estados miembros». Pero el Derecho Internacional ha evolucionado positivamente, en beneficio de la protección de los Derechos Humanos. París no deja de ser la punta del iceberg. Por debajo de la línea de flotación, todas las negociaciones diplomáticas, todas las presiones internas, elecciones inmediatas (Alemania), cercanía física al posible teatro de operaciones (Malta e Italia), vecindad contagiosa (Túnez y Egipto), interpretación de las 5 abstenciones del Consejo, y el apoyo legalizador de árabes y africanos.

En la sede de la OTAN en Bruselas, desde hace semanas, trabajos intensos esperando decisiones. En los cuarteles generales francés y británico, coordinación a tope. Oficiales de enlace hoy en su apogeo. Incluso las traducciones de órdenes cobran un papel esencial. Todo debe quedar claro. Sobre la mesa, la documentación «Solana» de los bombardeos de Serbia y Kosovo de 1999 en los que ya participó España; el texto de la Resolución 1970 –«no podemos salirnos un milímetro»– y la enésima edición de unas reglas de enfrentamiento (ROE) adaptadas a la situación y pendientes de consenso político. ¿Cómo distinguimos a gubernamentales y levantados? ¿De noche? ¿Podemos correr el riesgo de bombardear un colegio? ¿Utilizará escudos humanos el dictador libio? ¿Que opinan los pilotos desertores, sobre las capacidades reales de su aviación? ¿Que alcance real tendría un avión libio pilotado por un suicida? ¿Cuánta gente de inteligencia tenemos infiltrada en Bengasi? ¿Se coordinan frecuencias con americanos e ingleses? ¿Sabéis algo de los israelíes que andan callados? «¡General: búsqueme al jefe de escuadrón mas seguro que tenga!». «Todos son buenos, ministro. Tranquilo».

Con riesgo a equivocarme, preveo una primera andanada contundente, «force de frappe», contra sistemas de mando y control y bases aéreas libias lanzada desde plataformas navales francesas ,inglesas y norteamericanas que no comprometan a Italia. Mejor atacar a los aviones en el suelo que en el aire. Una segunda fase será mas puntual. Allí encajaría por lógica la contribución española con los F-18. Los «Awacs», serán –ya son– fundamentales para obtener información y determinar esfuerzos. Los P-3 «Orion» pueden complementar. Gabinetes de crisis activados 24 horas. Parlamentos informados. Opiniones públicas «conducidas» convenientemente.

Esta vez «sí a la guerra». Otra vez, la ONU, dicen, delega y se queda observando lo que pasa. La OTAN apoya logísticamente, pero no interviene. A los norteamericanos no les viene mal el protagonismo francés. Europa, como siempre troceada. Franceses y británicos se la juegan. Cuentan con el apoyo de la opinión pública y una legitimidad en Derecho Internacional contrastada. ¡Les deseamos suerte! Por supuesto, también, al sufrido pueblo libio.


Luis Alejandre es general (R) miembro de AEME