Estados Unidos
«Lo que está en crisis es el modelo económico vigente»
No es una recesión, es una crisis sistémica, según lo entiende Santiago Niño-Becerra, catedrático de Estructura Económica en la Universidad Ramón Llull, y que recientemente ha publicado «Más allá del crash». A su juicio, es necesario hacer una «limpieza», ahora que la «globalización está asumida, enraizada», y se necesitan «políticas coordinadas». Políticas que pueden ser la alternativa a los recortes, aunque los tiempos que vienen son «duros», asegura.
En declaraciones a LA RAZÓN, Niño-Becerra advierte de que «el crédito seguirá siendo escaso, de que no vamos a volver a vivir como antes», y a lo que tenemos que ir es «hacia una mayor coordinación». Así, lanza un aviso a navegantes políticos, más concretamente al que cree que sucederá hoy a Rodríguez Zapatero en el Gobierno de España: «Rajoy, llame a sus colegas europeos y póngase a hablar», entre otros asuntos de la crisis de deuda.
En sintonía con la reflexión que arroja en «Más allá del crash», este prestigioso economista enciende las alarmas: «Si esta crisis se comporta como las anteriores crisis sistémicas, esto durará entre 10 y 12 años». Y haciendo un repaso por la historia económica, subraya que «del 29 salimos, pero con un crecimiento expansivo», y ese modelo, señala, «está agotado». La salida, bajo su particular prisma, pasaría por «la eficiencia, una mayor coordinación, la optimización de los recursos».
En este escenario, también dirige el foco a las entidades financieras. Según Niño-Becerra, han tenido un «papel fundamental, han suministrado el combustible para que la actividad económica creciese a la vez que introducían en el modelo el lubricante necesario para que todos los engranajes girasen convenientemente».
«Bombas»
Es decir, han desempeñado un papel «de bombas»: han recibido recursos y los han impulsado hacia donde eran necesarios. El problema llegó cuando «lo financiero» se despegó de la economía real, cuando «la cantidad de financiación que se requería superó la capacidad de creación de dinero sustentado en bienes y servicios reales». De modo tajante y claro, afirma que, a su modo de ver, «si las entidades financieras hubieran actuado de otra forma, la crisis no se hubiese producido». En cualquier caso, añade, «no hay culpable. O lo somos todos».
Niño-Becerra tilda de «complicada» la situación y de «ridículo» el crecimiento que se vaticina sobre España. «Y entonces, ¿qué? –se pregunta–. Entonces, habrá que actuar. Habrá que encontrar el tratamiento idóneo para afrontar la transición hacia un nuevo modelo», recoge en su libro cuando se le hace esta pregunta. Entre otras medidas apunta: «La Unión Europea, Estados Unidos, Japón, China y dos de los grandes productores de recursos esenciales deberán coordinar medidas, planificar necesidades y asignar recursos de nuevo, en coordinación con gabinetes técnicos». Además, «la porquería que las entidades financieras acumulan en sus balances debe salir a la luz».
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