Grecia
La UE quiere blindar el euro con un fondo de dos billones
Multiplicaría por cuatro la potencia del MEDE para afrontar ayudas a Italia o España
BRUSELAS- La Unión Europea está estudiando las posibilidades de aplicar al nuevo Mecanismo de Estabilidad Financiera (MEDE) los mismos instrumentos de ingeniería financiera que se intentaron imponer al Fondo Europeo de Estabilidad (FEEF), con el fin de apalancar su capacidad hasta los dos billones de euros.
Aunque esa posibilidad ya se intentó con el actuar fondo de rescate sin mucho éxito, los ministros del Eurogrupo, en colaboración con la Comisión Europea, exploran ahora las vías para apuntalar los 500.000 millones de euros con los que arrancará el fondo el próximo 8 de octubre (más otros 200.000 en instrumentos financieros). El objetivo, usar el endeudamiento para multiplicar por cuatro su potencia de fuego.
Ello le permitiría servir a países grandes en apuros y descargaría la responsabilidad que el Banco Central Europeo se ha lanzado voluntariamente encima al anunciar la posibilidad de un programa de compras ilimitadas de deuda soberana.
La eurozona aprobó en otoño pasado apalancar el FEEF por una doble vía que incluía un modelo asegurador y otro de coinversión destinado a atraer a los inversores de países terceros, principalmente emergentes.
El fondo puede asumir entre el 20% y el 30% de las hipotéticas pérdidas que pudieran tener los bonos soberanos, mientras que los inversores tendrían que hacerse cargo del resto.
Aunque algunos aseguran que el apalancamiento no funcionó en el caso del FEEF porque no ha habido inversores privados interesados, algunas fuentes explican que lo cierto es que los países rescatados hasta ahora (Grecia, Irlanda y Portugal) no lo han requerido, pues estos instrumentos se emplean normalmente en los casos de estados que todavía tienen acceso a los mercados para mejorar sus condiciones.
Sin embargo, nada más conocerse la noticia, ésta ya cuenta con oponentes. El Ministerio de Finanzas de Alemania manifestó ayer que los comentarios sobre el apalancamiento del fondo permanente de rescate hasta los dos billones a través de la participación del sector privado no son realistas y calificó de «puramente abstracta» cualquier discusión sobre un importe exacto.
El portavoz del Ministerio, Martin Kotthaus, consideró que «no es factible hablar sobre cifras en la actualidad» y la cantidad de dos billones de euros barajada por el semanario «Der Spiegel» es «puramente abstracta». No obstante, el Gobierno y el Parlamento alemán apoyan la idea de potenciar la capacidad del MEDE a través de la participación de capital privado «en préstamos u otros instrumentos para los estados miembros que lo requieran». Es decir, dotar al nuevo fondo de rescate de las mismas herramientas con las que contaba el FEEF.
Por ahora, los gobiernos tendrán que desembolsar directamente 80.000 millones, siendo los primeros pagos el mismo día 8 de octubre y las últimas entregas, en 2013. Por otra parte, otros 620.000 millones se aplicarán en forma de avales, por lo que se confía en llegar al medio billón en el mercado. Además, la ventaja del apalancamiento sería que así se podría sortear la orden del Tribunal Constitucional alemán del pasado 12 de septiembre de no elevar la aportación alemana de 190.000 millones sin el visto bueno del Bundestag.
En todo caso, para el arranque del MEDE no estarán listos los nuevos instrumentos, pues todavía la negociación en el seno de la UE se encuentra en una fase técnica, por ejemplo, para decidir si las nuevas posibilidades se incorporan automáticamente en las directrices de las intervenciones en los mercados primario y secundario o si se adhiere como documento separado.
El FMI revisará a la baja sus previsiones
El Fondo Monetario Internacional (FMI) revisará a la baja sus previsiones de crecimiento de la economía mundial, ya que, aunque prevé una «recuperación gradual, el crecimiento será un poco más débil de lo que se anticipaba incluso en julio», según adelantó la directora gerente del FMI, Christine Lagarde. Lagarde destacó durante una conferencia en Washington que sus previsiones han tendido a la baja en los últimos doce meses y subrayó que una serie de factores están ralentizando la economía, como reflejarán las estimaciones de octubre. En el centro de todos esos factores se encuentra la incertidumbre sobre si los políticos podrán cumplir sus promesas, que está creando divergencias en la zona euro y una tibia recuperación en EE UU. Respecto a Europa, señaló que «sigue siendo el epicentro de la crisis y donde es necesario más acción con urgencia». En este sentido, señaló que se han dado pasos, como el programa de ayuda a España para recapitalizar sus bancos. Sin embargo, Lagarde subrayó la necesidad de una «unión bancaria fuerte y eficaz» cuya creación debe iniciarse «lo antes posible», por lo que instó a avanzar en los acuerdos del 29 de junio para establecer un mecanismo único de supervisión bancaria y permitir la recapitalización directa de los bancos. En esta línea, Lagarde reclamó que se implemente el cortafuegos europeo.
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