Cataluña
El PSC de Barcelona pone el contador a cero y no descarta acuerdos con CiU
BARCELONA– El primer secretario del PSC, Pere Navarro, pudo decir ayer finalmente eso de «borrón y cuenta nueva». Aunque tomó las riendas del partido el pasado 18 de diciembre, tenía una cuenta pendiente, recuperar la sintonía entre la dirección del PSC y la federación de Barcelona, lastimada, sobre todo, desde que José Montilla se intentara deshacer de Jordi Hereu como candidato a la alcaldía de Barcelona.
Navarro, partidario de restablecer las relaciones con CiU y ejercer una oposición «útil y constructiva», chocaba con el primer secretario de la federación de Barcelona, Carles Martí, enemigo de la «sociovergencia».
Pero Martí, uno de los valedores de la candidatura de Navarro, a quien además le une una buena amistad, ha aceptado dar un paso atrás. Aunque fue ratificado como primer secretario del PSC de Barcelona con el 75,64 por ciento de los votos, junto a Jordi Hereu, que sigue de presidente gracias al apoyo del 88 por ciento de sus compañeros, la federación dio luz verde a una resolución que defiende «la plena disponibilidad para llegar a acuerdos con otras fuerzas políticas, y en particular con el partido de gobierno», que tanto en la Generalitat como en el Ayuntamiento de Barcelona es CiU.
El mismo Carles Martí propuso a sus compañeros empezar desde cero su proyecto en Barcelona. «Hemos de volver a encontrarnos con los ciudadanos, explicar nuestro programa como si estuviéramos en 1979», vamos, como si el PSC no hubiera gobernado durante 32 años. Y el encargado de liderar desde la oposición este cambio en el Ayuntamiento de Barcelona es Jordi Martí.
Los 240 delegados que participaron en el X congreso de la Federación de Barcelona avalaron casi por unanimidad –sólo hubo dos abstenciones–, que Jordi Martí suceda a Hereu como jefe del grupo municipal socialista.
Jordi Martí, ex delegado de Cultura, hijo político de Ferran Mascarell, licenciado en Educación y padre de cuatro hijos, asumió su nuevo cargo como «el reto político y vital» más importante de su vida. Recogió el relevo de Hereu con humildad, «este apoyo no es un cheque en blanco, me tendré que ganar vuestra confianza en los próximo tres años», cuando toquen primarias para elegir al candidato a la alcaldía.
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