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La norma provoca un aluvión de reclamaciones por el ruido

La Razón
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BARCELONA- Además de la suciedad y de la picaresca de los «sinpa», la patronal catalana del sector del ocio nocturno (Fecasarm) asegura que las quejas de los clientes van asociadas al incremento del ruido en las calles: «Los empresarios del ocio nocturno se desesperan al ver que sus clientes se quedan en las puertas fumando y haciendo ruido», explica. Además, según sus previsiones las quejas se incrementarán con la llegada del buen tiempo, con el agravante de que las ventanas de los domicilios cercanos estarán abiertas. Por ello, piden que la responsabilidad de los problemas que suscitan la nueva ley se repartan y no recaigan únicamente sobre los empresarios. Según la asociación, más del 90 por ciento de las reclamaciones que le han llegado están relacionadas con el ruido.
En Madrid, los propietarios de las discotecas y de los espacios de ocio están creando nuevos servicios para no perder clientes: los guardacopas, un servicio que van a implantar ante la desconfianza de muchos clientes que dejan la copa para salir a fumar y desaparece a su regreso.
Otra de las consecuencias de la ley que denuncia la asociación madrileña es el aumento de colas y de público a las puertas de los locales, lo que provoca un incremento del ruido y de los vendedores ambulantes.