Sevilla

Fuego amigo por Toni Bolaño

La Razón
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Griñán ha cumplido su amenaza y ha dejado fuera de juego al sector crítico. Dirigir en estos momentos al socialismo andaluz requiere de cierre de filas porque la dificultad así lo aconseja. Es necesario un rearme ideológico y es necesario afrontar políticas de izquierdas con la escasez que marca la actualidad económica. Griñán ha hecho lo que tenía que hacer, rodearse de los fieles porque el camino que le espera está sembrado de minas y lo que menos le interesa ahora es el «fuego amigo». Sin embargo, este «fuego amigo» no va a rendir armas. Dice el sector crítico que sale fortalecido del congreso. Que entró deshilachado pero que la actitud de Griñán les ha unido. Le afean que no reconozca la pluralidad que surge de las votaciones en la que los críticos alcanzaron un 29%. Le hubieran podido dar el mismo consejo a Alfredo Pérez Rubalcaba, su líder invisible, que en el congreso de Sevilla dejó fuera a los partidarios de Carme Chacón que alcanzaron un 49% largo de apoyos. La evidencia no es baladí.
Los críticos se han dado cobijo bajo la vieja guardia del PSOE que se resiste a perder su poder y su influencia. El «fuego amigo» volverá a plantear batalla en Málaga, Cádiz, Sevilla y Córdoba. Sin embargo, cada provincia tiene su hoja de ruta que pondrá de manifiesto que el «fuego amigo» tiene diferentes mandos con diferentes intereses.
Griñán afronta una situación que es compleja pero, como dice el dicho, «más vale ponerse un día rojo, que ciento colorao». Esto es lo que ha hecho. Es lo que mandan los códices (supongo que también el calixtino) de la política. Lo hizo Aznar en la refundación del PP. Lo hizo Zapatero después de ganar a Bono por un puñado de votos. Lo hizo Rajoy después del congreso de Valencia donde le pusieron las peras al cuarto.
En política hay que tomar decisiones y, más si cabe, si las cosas están como están. Rajoy ya ha anunciado duras decisiones que dilapidarán el Estado de Bienestar del conjunto de los españoles. Andalucía debe tener las cosas claras si los socialistas quieren que los ciudadanos vislumbren que hay otra forma de gobernar para superar la crisis. Andalucía puede, y debe, ser la referencia que miles de votantes huérfanos necesitan porque la dirección del PSOE de Rubalcaba ha hecho, y hace, dejación de sus responsabilidades.