Fuego cruzado

MADRID- La guerra entre Trinidad Jiménez y Tomás Gómez ya ha estallado. Tras días de críticas veladas y sonrisas para la foto, los partidarios de los dos precandidatos se han lanzado a la yugular del contrario. Lo que comenzó como una apuesta por la «democracia interna» frente a las elecciones a dedo y un desfile de buenas intenciones y «fair play» por parte de ambos aspirantes a enfrentarse con Esperanza Aguirre, poco a poco, roce a roce, se ha transformado en un enfrentamiento en toda regla. La primera polémica surgió a raíz de la encuesta que supuestamente mostraba a Jiménez como la mejor opción para enfrentarse a Esperanza Aguirre en la Comunidad y después fueron las peticiones del censo de militantes del PSM.

Ambos conflictos se resolvieron con las mejores maneras pero las sucesivas declaraciones de miembros del PSOE en apoyo de uno y otro candidato han destapado definitivamente la caja de los truenos. Molestos por las palabras de apoyo que el ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, dedicó el miércoles a Trinidad Jiménez, el entorno de Tomás Gómez criticó la «falta de neutralidad» del ministro respecto a las primarias. También consideraron «sospechosa» la defensa de la encuesta favorable a Trinidad Jiménez. Igualmente, se defendieron como gato panza arriba del comentario de Rubalcaba sobre que el único activo de Gómez es oponerse a Zapatero. «Es un error pensar eso porque fue el presidente del Gobierno quien avaló las primarias», señalaron. Incluso el propio líder del PSM contestó al ministro y apuntó que «la descalificación no es el camino» y pidió respeto en la lucha por la candidatura a la Comunidad.

Por su parte, la Plataforma de apoyo a Trinidad Jiménez, consideró ayer «contradictorio» que el entorno de Gómez critique los apoyos de la ministra, pero no tenga inconvenientes en aceptar las opiniones favorables a él, como la el diputado José Andrés Torre Mora, u otras que se producen en el ámbito regional. A su parecer, ese comportamiento revela «un nerviosismo y victimismo que no es bueno que se instale en el proceso de primarias» por parte de Gómez y su equipo. La propia ministra de Sanidad defendió la discrepancia de opiniones y consideró «inevitable» que en una contienda interna haya distintas simpatías entre los candidatos en liza.