Sevilla
OPINIÓN: Que viene que viene
El dique que los jóvenes castores de la Fiscalía trataban de construir a los imputados, presentes y futuros, de Mercasevilla se derrumbó con la acometida de la Audiencia, que no impedirá que la Justicia contenida en el río Alaya se desborde hasta cubrirlos. Qué papelón, doña Segarra, con menos independencia que un grano de arroz en una paella. Cuando las maniobras de los justiciables ya no son sino dilatorias, como es el caso, llevan implícito el reconocimiento de la culpa. Está todavía lejos del mercado la piel del oso pero muchos perciben ya los temblores de un plantígrado cuyos zarpazos de desesperada defensa encierran, empero, gran peligro. Todavía se puede llevar a alguno por delante antes de pasar por el desolladero, digo por el juzgado. ¿Presunción de inocencia? Presumo de no ser tan inocente como para creerlos ídem.
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