La venta de Pepe

El segundo clásico en siete días no ofrece los atractivos bélicos del anterior. Llega manso, «toreao»; aunque no exento de peligro para el Barcelona. Ni siquiera al Madrid de Mourinho es aconsejable perderle la cara. Le queda el orgullo y confía calladamente en la inspiración, que en el fútbol es elemento sorpresa. Un buen día de sus buenos defensas, de sus buenos centrocampistas y de sus buenos delanteros puede coincidir con uno menos plácido de los excelentes rivales y provocar el revolcón. Es un sueño que acarician y esconden a la realidad que su entrenador no oculta: «No nos va a eliminar el Alcorcón».
Aunque en la capital no se habla de heroicas remontadas, Guardiola se fía lo justo del Madrid y alerta a sus jugadores; pese a que la victoria en el Bernabéu ha dejado como inertes a los madridistas, ocupados en cerrar heridas. La más escandalosa, la de Pepe. Mourinho le ha defendido; en el club no han rechistado; pero buscan una salida: la venta de Pepe, un fantástico central con la cabeza como un sonajero. Costó 30 millones. Sus acciones extradeportivas le restan valor; mas no por eso el Madrid piensa regalarlo. Si ahora llega una aceptable oferta, superior a los 20 millones, buen viaje; si no, adiós en junio, cuando, según se ha avanzado en «Punto Pelota», Mourinho rescindirá su contrato, gane títulos o no.
A todo esto, ayer fue presentado el equipazo de la candidatura olímpica Madrid 2020, justo el día en que el Banco de España presagiaba que el PIB caerá un 1,5% en 2012, lo que equivale a la destrucción de más de un millón de puestos de trabajo. Los JJ OO generarán en torno a los 300.000 empleos. No es cuestión baladí. La suerte de Alejandro Blanco es la de este país. Apoyo sin fisuras.