Elecciones generales
Número dos derrota segura
No es por ser malo pero la verdad es que las estadísticas electorales de Ruth Porta, cuando va en una lista, son demoledoras. Es una conocida rockera dura fajadora de la política madrileña. Trabajadora y de carácter: eso no se lo quita nadie. Pero su vuelta para ser la número dos de Lissavetzky no esconde un dato estremecedor: llevar a Porta en una lista es sinónimo de derrota.
Pocos políticos españoles han perdido todas las elecciones a las que se han presentado. Y Porta lo ha hecho en cinco elecciones consecutivas en Madrid en puestos de relevancia. Perdió sus primeros comicios en una municipales de 1995 ante Álvarez del Manzano. Volvió a perder en sus segundas municipale en 1999 frente a Gallardón. Y luego ha enganchado tres elecciones regionales sin ganar en una lista autonómica ante Esperanza Aguirre, con el tamayazo incluido: mayo de 2003, octubre de 2003 y mayo de 2007. Porta no sabe lo que es celebrar una noche electoral victoriosa. Pero las estadísticas están para romperse. Eso lo saben bien los futbolistas. Y también Jaime Lissavetzky. O no.
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