Barcelona
Messi es demasiado
Un partido de lo más cómodo se convirtió en un pequeño incordio para el Barcelona, en diez minutos de cierta tensión en los que un muerto revivió. El penalti y la expulsión de Piqué por mano animó al Getafe a hacer algo, a convertir el partido en una competición entre dos equipos, porque hasta ese momento sólo había existido uno
El Getafe era un zombi que se movía al son del Barcelona, al son de Messi, otra vez letal y decisivo. ¿Cómo se puede parar a este hombre? Una pregunta que de momento no tiene respuesta. Lleva 67 goles en los últimos 67 partidos. Manu del Moral marcó la pena máxima y en ese momentos Valdés se dio cuenta de que esa noche sí iba a tener que trabajar. Un par de salidas del portero, un balón que sacó Maxwell bajo el larguero... Sustos hasta que llegó una nueva expulsión, esta vez de Boateng, que dejó el encuentro diez contra diez y que lo devolvió a lo que había sido hasta ese momento.
Y hasta ese momento había sido la primera parte más fácil para el Barcelona. No le hizo falta un ritmo intenso ni una presión al límite. Jugó aparentemente sin ningún esfuerzo. El balón iba de un futbolista a otro del Barça sin remedio, como si no existiera otra posibilidad. Y cuando lo perdían, no tardaban en volver a tenerlo. Había un imán en las botas de los azulgrana, ayer de rosa, y fuego en las de los jugadores del Getafe. La idea del equipo madrileño era estar juntos y salir rápido. La primera parte la cumplió más o menos; la segunda, no: era incapaz de llegar al área de Valdés. Para deshacer el orden estaba Leo Messi. El argentino se movió entre líneas por todo el campo. Los barcelonistas se pasaban la pelota despacio hasta que llegaba a él para tomar una velocidad más. Era cuestión de tiempo y en el minuto 23 la combinación apareció: Messi-Alves-Villa-Messi otra vez y gol. El «Guaje» había fallado una ocasión clamorosa al comienzo del partido. No estuvo fino en ese remate, pero sí en el pase, para demostrar las palabras que dijo el día anterior: no es el del Valencia, juega diferente, no le han fichado para ser el máximo goleador... Pero sí tiene que marcar y por eso a la segunda no perdonó. El «7» se cambió los papeles con Messi. Esta vez el argentino «asistió» y Villa fusiló a Codina. Su sociedad toma forma jornada a jornada.
Así de feliz se fue el Barcelona al descanso. Era pan comido, sólo había que aguantar y el Getafe se encargó de hacerle la vida todavía más fácil. Una indecisión de «Cata» Díaz permitió a Messi robar un balón y al incansable Pedro lograr el 0-3. Míchel tiene trabajo con un equipo que parece deprimido y que necesita reaccionar para no entrar en una dinámica perdedora. Ni el apoyo del público, ayer sí, fue suficiente para que los «azulones» demostraran tener alma. La reacción después del penalti fue insuficiente y llegó demasiado tarde. El Barça sumó su quinto triunfo consecutivo a domicilio. Con Messi al mando tienen ventaja.
Con el tiempo justo por un atasco
El Barcelona tiene la costumbre de viajar el mismo día de partido desde que Pep Guardiola es el entrenador del equipo. No hubo problemas en ese sentido, pero sí para trasladarse del hotel de concentración al Coliseum Alfonso Pérez. El conjunto azulgrana no contó con el concierto que colapsó el centro de Madrid y que hizo que la capital de España tuviera un monumental atasco. Vamos, lo que suele ser habitual, pero no los domingos. El Barça llegó al estadio apenas 45 minutos antes del comienzo del encuentro. Al menos llegó, porque el Getafe, aunque estaba en el estadio mucho antes, se podría decir que no se presentó. No hubo partido y consiguió generar en el campo el atasco que había en la carretera, pese a que esta vez la afición sí acudió:14.000 espectadores por los 3.000 que presenciaron el partido de la Liga Europa. De poco sirvió. Piqué, que se las tuvo con Miku en un par de ocasiones, se convirtió en el centro de los pitos.
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