Automóvil
Las «new Martina» del Bus-VAO
Cazan a un conductor con una maniquí de copiloto en la vía preferente de la A-6. En internet se venden muñecas o bebés para ahorrar tiempo y dinero
Madrid- «Me habéis pillado». Cuando la Guardia Civil le dio el alto, no tuvo más remedio que reconocer que sí, que su acompañante no era de carne y hueso. «Es evidente, es evidente», repitió en varias ocasiones el conductor del deportivo, todavía con el susto en el cuerpo pero sin poder disimular una media sonrisa. Lo «evidente» tenía, sin embargo, tintes de escena surrealista para los agentes: un maniquí ocupaba el asiento del copiloto para poder así utilizar el carril Bus-VAO de la A-6, una vía de alta ocupación en la que los vehículos han de transportar en su interior al menos a dos personas.
El conductor del Alfa Romeo negro detenido había perfeccionado de forma bastante sofisticada la estrategia con la que evitarse los atascos y ahorrar de paso algo de combustible. Su supuesta acompañante viajaba completamente vestida y ataviada con peluca, fular azul y gafas de sol. Y llevaba el parasol bajado para ocultar un poco más su rostro. Sin embargo, el color excesivamente pálido de la «piel» terminó por delatar a la peculiar pareja. Una patrulla de la Guardia Civil que se encontraba realizando labores rutinarias de vigilancia se dio cuenta de que en el deportivo en cuestión había algo que no terminaba de encajar. Fue el cabo Andrés el que hizo gala de agudeza visual. «El color de la piel y la posición tan rígida de esa persona me hicieron dudar». Ante la duda que la situación le generó a él y a su compañero, decidieron avisar a otros dos agentes situados 25 metros más adelante.
Estos agentes ordenaron al vehículo que se detuviera. Sin poder dar crédito a lo que estaban presenciando, tuvieron que acercarse hasta prácticamente tocar al maniquí para cerciorarse de la treta del conductor. Entonces ya sí, fue cuando éste reconoció que le habían «pillado» mientras bajaba del coche. La pillada era además doble, porque el conductor, al contrario que el maniquí, no llevaba puesto el cinturón de seguridad. A pesar de que todos eran conscientes de que el episodio constituía una infracción y llevaba aparejada una multa de 200 euros, fue difícil para los tres protagonistas contener la risa en los primeros instantes.
Según el cabo que se percató de la presencia del maniquí, en su trabajo prestan «especial atención a todos los vehículos» ante la demostrada capacidad de imaginación de los conductores para burlar la ley. También en el Bus-VAO de la A-6, los guardias civiles han detenido a gente que pretendía circular por el carril de alta ocupación con copilotos de lo más varipinto: asientos de bebé vacíos, muñecos a los que no les faltaba ni el biberón y muñecas hinchables. Incluso una señora que viajaba con su perro trató de evitar la multa con el argumento de que para ella el animal «es como una persona». Otro de los casos llamativos que recuerdan los agentes fue el de una estudiante que transportaba un maniquí de cartón piedra. Según su versión, con la que no logró convencer a los agentes, el muñeco era su trabajo final de Bellas Artes.
Este episodio, aunque sorprendente, no es tan excepcional como pueda parece a simple vista. Una búsqueda rápida por internet permite encontrar a cualquiera que lo desee un maniquí que ejerza de eventual compañero de carretera. En el portal eBay, algunos de estos muñecos se anuncian abiertamente para poder circular por el Bus-VAO sin necesidad e buscarse compañía. El modelo «new Martina» que ofertan en sus webs algunas de las casas de maniquíes con más volumen de negocio es una habitual entre estas ofertas destinadas a burlar la vigilancia.
Entre los usuarios habituales de este tramo de la A-6, la gran mayoría es consciente de que la utilización del Bus-VAO supone, a lo largo del año, un ahorro considerable en tiempo y en gasolina. De ahí que haya también quien se arriesgue a viajar solo. A estos conductores les compensa «jugársela», ya que los 200 euros de multa supone menos dinero que el que ahorran.
Otros optan por un método más civilizado y completamente legal: compartir coche. Incluso con desconocidos, ya que cada mañana muchos conductores animan a subirse a sus vehículos a alguna de las personas que esperan en la parada de autobús que hay, por ejemplo, a pocos metros de la entrada al Bus-VAO de Majadahonda.
Aunque es probable que la multa y la exposición mediática de su «new Martina» hayan escarmentado al conductor del Alfa Romeo, éste podrá seguir sentándola a su derecha cada mañana. La Guardia Civil no la decomisó y su dueño, a modo de protección, la cubrió con su chaqueta antes de ser sancionado.
Una treta que puede agravar un accidente
Madrid- La prohibición y sanción para los conductores que circulen con objetos peligrosos en sus vehículos va más allá de la regulación de la circulación en los accesos a las grandes ciudades. Se trata, según explicó ayer el presidente Automovilistas Europeos Asociados (AEA), Mario Arnaldo, de una cuestión de seguridad.
El reglamento general de vehículos estipula en su artículo 12 que «deben estar construidos y equipados de forma que no tengan, ni en el interior ni en el exterior, adornos u otros objetos con aristas salientes que presenten peligro para sus ocupantes o para los demás usuarios de la vía pública». Un caso que, según Arnaldo, se inclumplía de manera evidente en el caso de la maniquí-copiloto y que se repite, por ejemplo, con aquellos conductores que llevan alfombrillas metálicas o colocan sus paraguas en las bandejas traseras sin sujección.
En el caso denunciado por la Guardia Civil, el conductor podría sumar esta sanción a la de la incorrecta utilización del bus-VAO.
Este carril debe su nombre a que se trata de una vía exclusiva para vehículos de alta ocupación o, lo que es lo mismo, que únicamente puede ser utilizado, según el artículo 35.1 del Reglamento General de Circulación, por «motocicletas, turismos y vehículos mixtos adaptables». Además, en el caso del bus-VAO de la A-6, cada vehículo deberá estar ocupado por al menos dos personas, una cláusula cuyo incumplimiento está sancionado con una multa de 200 euros.
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