Francia

David Mora por encima del mal y del bien en Bayona

David Mora encontró todos los caminos que le llevan al toreo. Era, todavía, el tercero de la tarde de un corridón de toros de Flor de Jara, por seria, cuajada y entrada en años. Algunos, como segundo y sexto demostraron estar de vuelta y la faena resultaba un esfuerzo inmenso, con serias dudas sobre la recompensa.

David Mora, en imagen de archivo, pasea una oreja
David Mora, en imagen de archivo, pasea una orejalarazon

Pero su primero fue otra cosa, otra cata, sacó nobleza y sobre todo fue agradecido a la voluntad de Mora. Tuvo aguante el torero para tragar ese primer instante del viaje, tan al paso, tan lento, que en muchos haría habitar la duda. Le dejó perfecta la muleta antes los ojos del toro, inerte, mecida con suavidad después, pero sin renunciar a la autoridad. El espadazo valía por sí mismo el premio. El último no se lo puso fácil. Nada más pisar arena se pidió su vuelta a los corrales. Pero ésta nunca llegó, tuvieron que apuntillarle en el ruedo, a la boca del burladero. El sobrero era un zambombo de 628 kilos y de la prehistoria. Tuvo toda la mala leche del mundo junta: resabiado y con mucho peligro, por ambos pitones, sin vía de escape. Mora anduvo con una voluntad de hierro y el valor íntegro al filo de la cogida en cada pase. El gustoso silencio de Bayona se acentuó más, expectante ante el desenlace. Y ya, de nuevo bajo la lluvia, volvió a meter la espada como si fuera fácil. Hábil, sincero y en lo alto. Mora había estado por encima del mal y del bien. Las dos caras de la suerte en su lote.

Julien Lescarret anduvo voluntarioso con el descastado primero y con ganas aunque despegado en el cuarto, que iba al paso pero se desplazaba.

Bolívar lo vio todo negro con el segundo, cabroncete de principio a fin. Lo normal. Y el quinto, de despampanantes pitones, le dejó estar aunque sin humillar. En una labor trabajada y sincera se alargó demasiado y lo afeó con la espada. Al término de la función, todos sabíamos que al día siguiente, José Tomás pisaba Francia. Bayona, tercera parada de su escueta temporada 2011. Veremos, y lo contaremos.