El «borrokosindicalismo» cuesta a Barcelona 262500 euros

Sin un ápice de autocrítica, el conseller de Interior, el ecosocialista Joan Saura, valoró positivamente la manera en que afrontó la batalla campal que los radicales provocaron durante nueve horas. Saura culpó de los incidentes al desalojo de un edificio «okupado» de plaza Cataluña. La «invasión» ocurrió el sábado, y los antisistema ya habían avisado que harían piquetes «exprés» durante el paro. La operación policial se efectuó a las 15.23 horas, pero los radicales llevaban tres horas realizando todo tipo de acciones vandálicas, incluyendo la quema de un coche de la Guardia Urbana y ataques a tres medios de comunicación.

La casa «okupada» se convirtió el miércoles en el centro de operaciones de los antisistema. Durante todo el día entraron y salieron jóvenes con el propósito de levantar barricadas. No obstante, Saura se escudó en que el juez optó, el pasado domingo, por tratar el asunto por lo civil, una vía que impide los desalojos «exprés» por parte de la Policía. El magistrado no ordenó el desalojo porque ni la Fiscalía ni los propietarios lo pidieron.

Tres horas tarde
Saura insistió en que «no actuamos antes porque el juez no lo autorizó» antes del miércoles. Según dijo, tres horas después del inicio de los altercados la Policía Autonómica obtuvo el beneplácito del juez para actuar, pero los radicales ya llevaban horas campando a sus anchas por el centro de Barcelona.

El balance provisional de la batalla campal del 29–S es de 60 detenidos y 81 heridos leves, 49 de ellos Mossos. De los arrestados, la mayoría son menores de 30 años y quince son extranjeros, de diversas nacionalidades. El 40 por ciento tienen antecedentes penales, por daños al mobiliario y lesiones graves.