Buenos Aires
Ofelia era todas ellas
La protagonista de «Hamlet» vertebra una obra en Pradillo
A Tom Stoppard le atrajeron como un imán dos vidas cercenadas de un plumazo por Shakespeare en «Hamlet», y convirtió a los cortesanos traicionados por una carta de ida y vuelta en protagonistas de «Rosencrantz y Guildestern han muerto». Quizá una fascinación parecida haya movido a Fernanda Orazi para fijarse en la ahogada Ofelia, otra víctima del inmortal inglés. Aunque, cuenta esta argentina (Buenos Aires, 1975) asentada en Madrid desde hace cuatro años, que en realidad se trataba de hablar del suicidio y de las mujeres. Por eso, en «Susana en el agua y con la boca abierta», un montaje que estrena dentro del Festival de Otoño en Primavera y que luego permanecerá todo el mes en el Teatro Pradillo, las dos protagonistas comienzan hablando de una amiga que ha muerto.Un arquetipo de mujerPero en esa charla, «pronto surgen dudas, no saben quién era, ni siquiera se acuerdan de su nombre. ¿Era Ofelia? ¿O acaso Susana?», aclara la autora y directora. De hecho, el texto no remite tanto a Shakespeare. Lo hace tan sólo en cuanto, cuenta Orazi, «Ofelia es un arquetipo de mujer. Me interesaba ponerlo en cuestión y enunciar todas las fantasías que surgen alrededor del acto del suicidio. Pero no poetizar sobre él, sino hacerlo más cercano». Y añade: «Al princpio parece que el eje es lo que le pasó a la mujer de la que hablan, pero en seguida queda claro que al hacerlo están hablando de ellas mismas». Y les cuesta, aclara, porque «el suicidio es un tema que a todos nos da un poco de escozor, es algo que no acabamos de entender. ¿Por qué, si todos tratamos de seguir vivos, alguien escoge matarse?», se pregunta Orazi. Y cuenta la dramaturga que, «al principio, me imaginaba a estas dos mujeres como dos amigas que podían estar yendo de compras, o tomando el té en algún sitio, o en cualquier otra situación cotidiana». El texto nació de ideas e improvisaciones de las actrices, Mey-Ling Bisogno y Marianela Pensado, con las que trabaja Orazi a menudo, y al que luego ésta terminó de dar forma, con predominio textual. «La palabra era una de las cosas sobre las que quería trabajar: investigar cómo a través de ella y en ella construimos el mundo; y también a nosotros mismos, cómo la palabra se hace acción», explica la autora.
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