Barcelona
Rajoy promete acabar con el déficit público en la próxima Legislatura
Mariano Rajoy tenía 40 años en 1995. El PSOE agonizaba al frente del Gobierno hundido por los datos económicos de una España que acumulaba una tasa de paro del 22 por ciento y un déficit público del 7 por ciento. El político gallego, con 56 años ahora, tiene la sensación de estar viviendo un «dejà vu».
España tiene el peor dato de desempleo de la zona euro (con más de un 20 por ciento de desempleo) y el Gobierno del PSOE intenta desesperadamente controlar sus números rojos ante la vigilante mirada de los mercados. Rajoy se siente preparado para darle la vuelta a la situación y acabar con el desequilibrio de los presupuestos. «El siguiente Gobierno no lo tiene imposible», aseguró ayer, durante su tradicional intervención en la Reunión del Círculo de Economía, que cada año reúne en Sitges (Barcelona) a destacados empresarios, catedráticos y líderes políticos.
El presidente del PP tiene muy clara la misión que tiene que acometer el próximo Gobierno. «Se trata de hacer lo que hicimos en su día (1996), pero adaptado a la realidad de hoy», resumió. La tarea es hercúlea, pero al menos no es confusa: «Disciplina presupuestaria (por ley), austeridad, consolidación fiscal, reformas estructurales, clima de confianza y restablecimiento del crédito». Es el credo de Rajoy, el que va a permitir, según aseguró, lograr «acabar con el déficit público en la próxima Legislatura».
Al líder popular le asombra que en muy pocos años España haya pasado de una situación de superávit a una infrenable espiral de endeudamiento. «Se han pedido más de 300.000 millones de euros en deuda y lo peor es que no ha servido para nada», lamentó. De ahí la necesidad de un viraje. Todo ello pasa, claro está para el líder del PP, por un cambio de Gobierno, ya que el actual «hizo un diagnóstico equivocado, adoptó medidas equivocadas y ha abandonado la política de reformas». Tampoco ayuda, según Rajoy, la cuenta atrás que acompaña al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la recta final del mandato. «Si España está en una situación de interinidad es un elemento más que va en contra de su confianza», afirmó. Y, dicho esto, recordó su petición de elecciones anticipadas. Rajoy puso fin a su intervención respondiendo una pregunta en el coloquio sobre los rostros que pondría en el próximo Gobierno si es escogido presidente. «A lo mejor se lo pido a alguien de los que está aquí», dijo ante un público repleto de empresarios y de dirigentes del PP como Jorge Fernández, Alicia Sánchez-Camacho y Jorge Moragas
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