Libios raros

Estos gobernantes libios son gente muy rara. Por ejemplo, la Prensa progresista llama de forma unánime a Gadafi «dictador», «tirano» o lindezas parecidas. Pero lo llama así hoy. Hasta antes de ayer era sólo «el líder libio». Hubo quien alegó que la clave es descubrir las conexiones ocultas de Gadafi con la derecha ¡cuando se ha pasado la vida coqueteando con la izquierda! La prueba la acaba de dar Fidel Castro, defendiendo con uñas y dientes al beduino sanguinario, gran amigo de Hugo Chávez; y la dio hace años Evo Morales, declarando que la guía ideológica de su Gobierno indigenista era esa basura totalitaria titulada El Libro Verde. Las Naciones Unidas han decidido que Gadafi es un criminal, pero lo han decidido hoy. Hasta hoy Libia ha sido miembro de la ONU y me malicio que también lo fue de su comité de Derechos Humanos. «El País» tituló: «El dictador tiene aún 10 toneladas de gas mostaza…el régimen se había comprometido a destruir el arsenal antes de mayo». Jamás manifestó esa seguridad con Sadam Husein y sus supuestas armas de destrucción masiva. Al final, aquí el único coherente ha sido el impar Manuel Chaves, a quien todo el mundo ridiculizó por haber dicho, infeliz: «Hoy todos somos egipcios», cuando hace un año ni se le ocurrió decir «hoy somos todos iraníes», y aún no ha dicho «hoy todos somos libios». Lógico: Gadafi, igual que Ahmadineyad, es mucho más progresista que Mubarak. ¿No?