San José
Barberá y las fallas pequeñas en contra del cambio de festivo
Las comisiones de Especial y los hosteleros apoyan las nuevas fechas
VALENCIA- La polémica sobre el cambio a lunes de la festividad de San José y del nueve de octubre ha revolucionado al mundo fallero desde que el pasado lunes el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, anunciara la propuesta. La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, reconoció ayer que a partir de ahora se abre un intenso debate en el que los protagonistas deberán de ser, por supuesto, los miembros del colectivo fallero.
«Se ha de tener en cuenta el gran arraigo popular de la festividad», comentó antes de pedir que se consideren no sólo los aspectos e impactos económicos de la medida, sino también «lo sentimental, lo cultural y lo tradicional de las fiestas».
Recordó que fue el propio presidente del Gobierno el que impulsó que se cambiaran a lunes los festivos, pero siempre exceptuando aquellas fiestas de gran tradición. «No creo que haya en Valencia otra fiesta de mayor arraigo y ni siquiera en otra ciudad». El hecho de que sea el pueblo el que pague la mayor parte del coste de las fallas fue otro de sus argumentos. Para Barberá deberían ser los falleros los que decidieran el futuro de la medida.
En la misma línea se expresaba el presidente de la Junta Central Fallera (JCF) y concejal de Fiestas, Francisco Lledó, quien recordó que deberán ser las Comisiones Falleras las que concreten el calendario y señaló que hasta septiembre -cuando se aprobará el decreto- se puede seguir negociando con el Consell.
Las fallas pequeñas, por su parte, criticaron que Fabra no haya tenido en cuenta el valor de las tradiciones de los valencianos y haya considerado aspectos «sólo económicos» en su decisión. Ni siquiera la posible mayor afluencia de visitantes les hace cambiar de opinión a la hora de pensar en una futura «cremá» de las fallas en un día distinto al 19 de marzo.
No opinan lo mismo las fallas de sección especial ni la Federación de Hosteleros de la Comunitat. La mayor afluencia de visitantes, turistas y una mayor cantidad de falleros en la ciudad son las principales defensas de ambos colectivos en favor de un cambio que llevan reivindicando desde hace años. Aunque ni siquiera los hosteleros están convencidos de que la medida vaya a mejorar de forma considerable la situación económica en general, ni del sector en particular. Por ello, el presidente de la patronal valenciana, José Vicente González, pidió ayer a la CEOE que el traslado de las festividades a lunes se extienda a otras comunidades autónomas para que sea más efectivo.
Por su parte, la consellera de Educación, María José Catalá defendió también el cambio de fecha al asegurar que sólo con el traslado de todos los festivos a lunes podrán mantenerse más de 33.000 puestos de trabajo. El conseller de Economía, Máximo Buch, también se mostró a favor de la medida y cifró la minimización del impacto de los «puentes» en las cuentas de las empresas en 786 millones de euros.
Dentro del mundo fallero también aparecieron defensores de esta propuesta. El cambio en el calendario de otras festividades en la Comunitat como el día de Los Desamparados o el Corpus, es la clave que, según los presidentes de las fallas de especial, permite cambiar la fecha «sin que suponga un gran problema en las tradiciones de los falleros» como aseguró el presidente de la falla de Convento Jerusalén, Jesús Barrachina. La posibilidad de ampliar el censo fallero al coincidir los días centrales de las fiestas en fin de semana y el evitar molestias a los vecinos que trabajan en Fallas fueron los argumentos a favor de Juan Armiñana.
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