Barcelona
Uno de cada cinco alumnos sin plaza en el concertado que pide
En Madrid, casi el 20% de alumnos que pidieron un centro concertado ha quedado fuera; en Valencia, cerca del 30%.
Los padres prefieren la enseñanza concertada para sus hijos. Por eso todos los años hay conflictos y peleas a la hora de solicitar plaza. Un año más, las cifras del proceso de admisión de alumnos de nuevo ingreso, que acaba de finalizar en todas las comunidades autónomas, pone de manifiesto que hay una demanda de educación concertada superior a la oferta. Sólo en la Comunidad de Madrid, más del 65% de los padres pidieron como primera opción un centro concertado para sus hijos y casi el 20% no lo han logrado, según la Federación Española de Religiosos de Enseñanza (FERE), que agrupa a los colegios católicos.
En la Comunidad Valenciana, 7.000 niños tendrán que estudiar en un centro público o privado por falta de plazas, es decir, casi el 30% del total de solicitantes de plaza en el primer curso de Educación Infantil, mientras que en Andalucía el porcentaje ronda el 18%. En otras comunidades, como Cataluña, el porcentaje oscila entre el 10 y el 15%, aunque en grandes capitales, como Barcelona, donde existe mayor oferta, el porcentaje es algo inferior, según los datos de los que dispone Escola Cristiana de Cataluña.
El número de alumnos por aula también resulta indicativo de la alta demanda que existe. Así, mientras que en la pública hay 19,4 estudiantes de media por aula; en la concertada se concentran hasta 24,2.
Menos conflictividadEl caso es que los colegios públicos cuentan con más docentes por número de alumnos, más recursos y dotación económica y un profesorado altamente cualificado, la gran mayoría de los cuales ha accedido a su puesto después de pasar una dura oposición. Sin embargo, muchos padres quieren enviar a sus hijos a centros subvencionados «por el proyecto educativo que tienen, su ideario, la calidad educativa que históricamente ha tenido la escuela, porque el clima que hay en las aulas favorece más el estudio, hay menos conflictividad o bien porque el padre o la madre estudió en ese mismo centro», dice Luis Centeno, asesor jurídico de FERE.
Carles Armengol, secretario general adjunto de Escola Cristiana de Cataluña, cree que lo que pierde a los colegios públicos es «el modelo de gestión y dirección de los centros, es decir, no hay dirección y sí un profesorado cambiante. Tampoco hay un seguimiento de la labor del docente. Si uno no quiere autoexigirse no hay un sistema de control eficiente de ese profesor». En su opinión, lo que concede mayor eficacia a la concertada es que disponga de «un profesorado y un proyecto educativo más estable y el que se haya trabajado más la implicación del profesorado y la atención a las familias».
Un estudio reciente de la Fundación Alternativas, próxima al PSOE, ponía de relieve que hasta ahora se ha demostrado que este modelo es más exitoso porque «ha sabido atraer y seleccionar a un alumnado mejor». Es decir, «los estudiantes tienen un entorno de aprendizaje más favorable, el nivel de estudios de los padres es mucho mayor que el de los de la pública, lo mismo que su nivel formativo y ocupacional».
Con todo ello, la escuela concertada no ha escapado a la crisis. Según la patronal de la escuela privada-concertada (CECE), la situación económica ha afectado sobre todo a los servicios complementarios que ofrecen los colegios. Algunas regiones cifran en 35% el número de alumnos que ha dejado de hacer uso del comedor, en un 10% los que han dejado de contar con transporte escolar y en un 15% los que se han dado de baja en actividades extraescolares en su colegio.La situación ha obligado a las empresas educativas a poner en marcha medidas anticrisis que pasan por el ajuste de los presupuestos y el seguimiento de los recibos impagados. No obstante, algunas han iniciado actuaciones de ayuda a familias que acusan con más agudeza los efectos de la crisis. Así, han creado becas o fondos de ayuda que se nutren de la aportación del centro, los padres y alguna otra institución.
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