Huelgas
CCOO culpa del fracaso de la huelga al idilio UGT- Zapatero
El día después de la jornada de huelga general se vivió ayer con un cierto sabor agridulce en la sede de Comisiones Obreras.
Por un lado, la organización sindical liderada por Ignacio Fernández Toxo expresó una cierta satisfacción por el seguimiento registrado durante el paro general, mayor del que esperaba. De hecho, desde que se anunció en junio pasado la huelga, sus dirigentes no han ocultado su temor a un fracaso estrepitoso de la convocatoria.
Por otro lado, las voces críticas en el sindicato sobre cómo y cuándo se ha organizado la protesta han ido en aumento en las últimas jornadas y, especialmente, después de comprobar el resultado del paro. Esta central responsabiliza a UGT, su cónyuge en la unidad de acción, de la «moderada» participación del 29-S.
Un destacado dirigente de Comisiones advierte de que el seguimiento hubiera sido mayor si no se hubiera separado y distanciado en el calendario la huelga de los empleados públicos del pasado 8 de junio del paro general de este miércoles.
«Te pueden descontar de la nómina un día por salir a la calle a defender tus derechos laborales, pero que te quiten dos es excesivo» en plena crisis económica. De esta manera tan gráfica, un dirigente sindical territorial de Comisiones justifica a este diario la ausencia de los empleados públicos el 29-S.
Unir protestas
Esta organización sindical sostiene que si se hubieran unido ambas protestas en una única jornada la participación de los trabajadores hubiera sido mayor y la respuesta del Gobierno sería otra bien diferente a la que ayer anticipo. El Ejecutivo descartó este miércoles, por boca de su ministro de Trabajo, introducir cambios en la reforma laboral.
Comisiones siente también recelo hacia la central ugetista por la postura mantenida en los últimos años por su secretario general. Dirigentes del sindicato apuntan, eso sí en privado, a Cándido Méndez como el único responsable de la tardanza en convocar la huelga general.
A Méndez, amigo personal del presidente del Gobierno, le costó tiempo darse cuenta de que «José Luis» le había traicionado por imposición de la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional. De ahí que le cogiera por sorpresa que Zapatero aprobara una dura reforma laboral, que consagra la indemnización de 20 días por año para los despidos por causas económicas, después de cerrar de un portazo esta posibilidad durante dos largos años.
La resistencia de Méndez
Toxo, sin embargo, tardó horas en darse cuenta de las verdaderas intenciones del jefe del Ejecutivo. Pese a ello, no pudo convencer a Méndez de la necesidad de convocar una huelga de manera inmediata. Conocedor de la obsesión de Zapatero por pasar a la historia como el único presidente al que los sindicatos no le montaron una huelga, el líder ugetista se resistió hasta el final antes de dar su brazo a torcer y convocar desde la unidad de acción el 29-S.
La demora en decidir la protesta hizo mella en la credibilidad de las centrales sindicales entre los trabajadores. Sin contar con que la reforma laboral contra la que se ha movilizado a la sociedad lleva meses de rodaje. De ahí que el Gobierno no esté dispuesto a dar marcha atrás y a modificar las nuevas reglas de juego, en las que posibilita a la empresa a dejar en suspense el convenio colectivo.
Aunque la sangre no llegará al río, es decir, el matrimonio de UGT y CC OO continuará, ya no será tan idílico como hasta la fecha. La desconfianza se ha instalado en las relaciones que sus dirigentes mantienen a todos los niveles. A partir del 29-S ya nada será igual.
De la Vega y Méndez, vuelve la «normalidad»
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, reiteró ayer la oferta de diálogo a los sindicatos, a lo que el secretario general de UGT, Cándido Méndez, respondió que, aunque las centrales sindicales están por el acuerdo y la negociación, hay que saber «para qué». De la Vega y Méndez coincidieron en los estudios de la cadena SER. Aunque ambos habían pactado entrevistas por separado, finalmente compartieron micrófono e intercambiaron impresiones en directo sobre el desarrollo de la huelga general y lo que deberá pasar en los días posteriores a la misma. Méndez pidió que no se hagan lecturas «prematuras» sobre la huelga general, puso un «notable alto» al resultado y dijo que, a partir de ahora, el Gobierno va a tener cada vez «más difícil» sacar adelante sus políticas. Por su parte, De la Vega confió en que se puedan ir reconduciendo las discrepancias que los separan aunque reconoció que es difícil.
✕
Accede a tu cuenta para comentar