Villaverde

Los Magos del mercado negro

Los alunizajes se disparan en estas fechas para hacer acopio de regalos de Navidad. Los productos «estrella» de estas fiestas son jamones, perfumes y electrónica

En pasado 10 de noviembre unos ladrones se llevaron 60 jamones y varios lomos, chorizos y quesos por la ventana de la carnicería de Julio, en Alcalá de Henares
En pasado 10 de noviembre unos ladrones se llevaron 60 jamones y varios lomos, chorizos y quesos por la ventana de la carnicería de Julio, en Alcalá de Henareslarazon

MADRID- «Abrid bien los ojos, compañeros, ya sabéis que estos hechos se van a disparar por las fechas que se acercan». El comentario, escrito en un foro policial acerca del alunizaje de la banda de «El Pippen» a una perfumería de Diego de León el 26 de octubre, refleja lo que significa noviembre y diciembre para los agentes que patrullan las calles de la capital. Se acercan las navidades y los alunizajes, butrones y atracos a comercios se disparan. Es la época de acopio de «regalos de Reyes» en el mercado negro y el Grupo XXI de la Brigada Provincial de Policía Judicial, especializado en la lucha contra estos jóvenes «adictos» a empotrar coches contra lunas comerciales, lo sabe. Pero no sólo Jefatura. Las comisarías de distrito, en especial algunas, como la de Usera, están más alerta que nunca. Son días de mucho trabajo, con el perenne talón de aquiles de los agentes: la Justicia. Porque detener a la misma persona varias veces por lo mismo en apenas dos meses debe de ser frustrante.

Un alunicero celebra la llegada de la Navidad como un niño pequeño. Son las mejores fechas. «Trabajan» mucho porque es cuando más salida dan a los productos que se llevan: joyas, ropa, perfumes... típicos o socorridos regalos de Reyes y, también, cientos de jamones para los entrantes de las cenas de Nochebuena. Los venden como churros.

Para estos delincuentes, dar un «palo» supone cometer varios delitos en uno, pero el riesgo compensa. Pasar 72 horas en un calabozo sabe distinto si el negocio marcha bien. Y en estos días, una banda puede «colocar» en el mercado productos por valor de decenas de miles de euros, según agentes especializados.

Hay muchas formas, costumbres o manías de alunizar. A veces, empotran contra la luna un vehículo «viejo» pero potente, como un GTI y se dan «el piro» con uno de mayor calidad. Pero ahora lo más frecuente es que alunicen y salgan conduciendo como el rayo con el mismo coche. En cualquier caso, el vehículo es robado. Los Audi y los BMW (los llaman «bemetas») son los más deseados por estos delincuentes. Los utlizan en varios «palos» hasta que el coche ya ha sido «mordido» (es decir, tras el alunizaje se ha producido una persecución policial y puede que lo hayan fichado). Entonces, se deshacen de él. Lo normal es que lo desguacen para revender las piezas y quemen la chapa (en descampados de Villaverde y en otros que dan a la M-40 aparecen vehículos calcinados casi a diario) y así no dejar huellas. Pero también los pueden dejar abandonados en cualquier sitio (aparecen muchos en Colonia Marconi y en el aparcamiento del Parquesur) o, incluso, los dejan aparcados de forma correcta y se olvidan de ellos. La única «regla de oro» a seguir es asegurarse de que los vehículos de alta gama más nuevos, una vez robados, no lleven radiobaliza. Por eso, primero los sustraen y luego los dejan «en cuarentena» unas 48 horas en cualquier sitio. Si nadie ha ido a por ellos, es que no lleva detector y puedan ser apto para el alunizaje.

Móviles, embutido y oro
Todo esto, sólo para su «herramienta de trabajo». Pero los aluniceros, «enganchados» a la adrenalina de huir a toda velocidad con la Policía pegada a sus talones, tienen que decidir cuándo y dónde robar algo. Hace un par de años, era muy común que estamparan un coche contra una boutique de la Milla de Oro. Ahora, se centran más en perfumerías y tiendas de móviles o electrónica de distritos menos nobles. Apenas duran dos minutos en el interior de la tienda. Arramplan con todo lo que pueden y salen quemando rueda. Luego, la mercancía la «colocan» por encargo y a por el siguiente objetivo.

Sin embargo, no todos los productos robados que se revenden estas fechas son adquiridos por aluniceros. Hay bandas que se dedican a hacer butrones a talleres de joyería, donde buscan oro (cuyo precio en el mercado no deja de subir); a dar «palos» a naves industriales donde se almacena embutido ibérico o asaltar camiones cargados, por ejemplo, de televisores de plasma. Incluso hay camioneros compinchados que simulan haber sido abordados por dos coches que le han cerrado el paso para exigirle la mercancía.


«¿Quién no quiere un jamón de 300 euros por 100?»
Con el verdadero producto estrella de las navidades, el jamón ibérico, los ladrones utilizan el método más tradicional. Robo a mazazos o forzando cerraduras. De una carnicería de Alcalá de Henares se llevaron el pasado 10 de noviembre productos ibéricos valorados en más de 18.000 euros. El botín aproximado fue: 45 jamones de Jabugo, 15 de Guijuelo, lomo de bellota, chorizos y quesos. Julio, el propietario de esta carnicería, admitió sin recelo el gran negocio: «¿Quién no va a comprar un jamón de 300 euros a 100?».