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CiU esconde la mano por Carles NAVALES

La Razón
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Si existiera el Oscar al escamoteo político, se lo llevaría CiU. Cuando el Gobierno socialista de Felipe González sostenía que no convenía modificar la Ley de Extranjería y que sólo debíamos centrarnos en su reglamento para ordenar los flujos y los permisos de residencia de los inmigrantes de acuerdo con las necesidades nacionales, fue CiU en 1996, mediante el conseller Antoni Comas y el diputado Campuzano, quien puso el grito en el cielo acusando a los socialistas de todas las inhumanidades habidas y por haber con la inmigración.
Tras la caída de González y el ascenso de Aznar, convencieron al PP de que era necesaria una nueva ley y la consensuaron ambos. Medidas tan inhumanas, que están empañando la convivencia en muchos barrios obreros, como la de que si un inmigrante resiste tres años clandestinamente, trabajando en la economía sumergida y cobrando en negro será premiado con un permiso de trabajo y residencia, las propusieron PP y CiU.
Y pasó lo que muchos anunciábamos, que eso acabaría convirtiéndose en un enfrentamiento partidista. Así fue. El Gobierno de Aznar reaccionó contra la ley que su partido había consensuado con CiU y se lió la de Dios es Cristo. Hacían saltar por los aires la cultura de derechos y obligaciones del inmigrante, y de consenso partidista, que otros sosteníamos desde 1991.
Y ahora viene CiU acusando a los socialistas. Tirar la piedra y esconder la mano.