F.C. Barcelona
Bielsa asume la culpa
Bucarest- Bielsa deambulaba por el campo buscando una explicación que no encontraba para entender una derrota que le pareció «exagerada», como aclaró después. El técnico intentaba interiorizar la derrota de un modo racional. Sus jugadores no necesitaban esas explicaciones. Sólo pedían un hombro en el que llorar la tristeza de ser vencidos donde más duele, en el partido que decide si pasas a la historia o quedas en el olvido.
Muniain, con las manos en la cabeza, lloraba sin consuelo. Como Toquero, un hombre que parece preparado para cualquier golpe. Para cualquiera, menos para la derrota. Después, en el desfile que premia a los derrotados, el entrenador encabezaba con entereza el pelotón de fusilamiento. La conferencia de prensa de Bielsa se convirtió en una confesión de culpa. «Estoy decepcionado», dijo. «La responsabilidad personal aumenta porque las diferencias entre los dos equipos no son las que se vieron en el campo». Un concepto que repitió varias veces a lo largo de su discurso.
«No es momento para consolarnos», decía el preparador argentino, que acepta la derrota y la victoria con la misma tranquilidad y con el mismo uniforme, el chándal y las gafas a media asta.
Lo único que le dolía al técnico del Athletic son los tres goles. «El triunfo de ellos fue merecido, la diferencia, exagerada», insistía. Y argumentaba sus sensaciones: «El trámite no fue desparejo. Creamos más ocasiones de gol que ellos. Llegamos 16 veces y no hicimos ninguna. Ellos tuvieron cinco y marcaron tres goles», afirmó.
Los dos tantos de Falcao llegaron demasiado pronto. «Nosotros aspirábamos a jugar un partido y no logramos las condiciones para que se diera ese tipo de partido. El rival sí lo logró», explicó Bielsa.
Ahora, el Athletic ya prepara la final de Copa. Queda tiempo, pero el tiempo no es importante para Bielsa: «No me parece un factor determinante, lo importante es la diferencia entre lo que podíamos producir y lo que finalmente generamos».
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