Acoso sexual

Teatrillos a la desesperada

Los «indignados» realizaron varios «teatrillos» para llamar la atención de los viandantes. Representaron las «últimas» bodas gays e hicieron un simulacro de desahucio varias veces
Los «indignados» realizaron varios «teatrillos» para llamar la atención de los viandantes. Representaron las «últimas» bodas gays e hicieron un simulacro de desahucio varias veceslarazon

MADRID- A falta de bulto, imaginación. Así debieron pensar el medio centenar de «indignados» que ayer se reunieron en la Puerta del Sol porque, tras varias asambleas exiguas, comenzaron a montar teatrillos para representar las «desigualdades», como la especulación y la amenaza «fascista» que, según ellos, llega con la posible victoria del PP.

De este modo, una de las representaciones mostraba a los inquilinos de una vivienda con orden de desahucio en el momento en que llegaba la Policía y, a porrazo limpio, intentaba desalojarles. Pero ahí estaban sus «salvadores» de la asociación Stop Desahucios. La siguiente «performance» representaba «la última boda gay» de Madrid, con dos parejas formadas por dos hombres y dos mujeres, ya que suponen que un posible Gobierno de Mariano Rajoy prohibirá el matrimonio homosexual cuando llegue al poder.

La falta de público, salvo por unos pocos curiosos atraídos durante estas representaciones, hizo que los «indignados» se planteasen volver a realizar los teatrillos unas horas más tarde. También resucitaron antiguos símbolos como la placa de metal con la que coronaban su acampada:«dormíamos, despertamos», dice.

Con todo, reconocieron que, en cuanto se hizo de noche, quedaban «cuatro gatos». Asimismo, obviando el fracaso de la «vigilia» convocada para el inicio de la jornada de reflexión, en la web oficial de los «indignados» #AcampadaSol invitaban de nuevo a reunirse en el kilómetro cero durante la jornada de hoy para escuchar una charla-asamblea sobre «el asamblearismo desde la transición hasta la actualidad: crítica del parlamentarismo desde el asamblearismo, resumen histórico de movimientos asamblearios y represión de estos por parte de la democracia parlamentaria, heredera del Franquismo». Así como a gritar «¡que no, que no nos representen!» cuando cierren los colegios electorales.

Además, el grupo de «hackers» Anonymous distribuyó un vídeo por internet en el animaron a votar a partidos pequeños o nulo. También, la asamblea de Alcorcón redactó dos modelos de formularios de reclamación para, en las mesas electorales, protestar por lo que moleste al ciudadano y también para denunciar la exigencia de avales para que los partidos no parlamentarios puedan presentarse a las elecciones. Sin embargo, desde Sol recordaron que la Junta Electoral ha prohibido reclamar así que invitaron a entregarlas a los apoderados de los partidos.

Por otro lado, celebraron que los seis detenidos por saltarse el cordón policial y realizar pintadas en el Congreso de los Diputados durante la manifestación del pasado jueves, fueran puestos en libertad.

 

Las redes tampoco les funcionaron
Los «indignados» deben todos sus éxitos a las redes sociales. En ellas nacieron y en ellas se creó el «mito». Sus canales fueron un altavoz con los que han llamado día tras día a la desobediencia burlando todas las normas y amparados en el anonimato de la colectividad. Aunque hay decenas de plataformas que se autodenominan indignadas, son sólo algunas las que lideran el movimiento como Democracia Real o Acampada Sol. Desde el jueves ambas intentan boicotear la jornada de reflexión y por primera vez han fracasado. Crearon los hashtag #reflexioncolectiva o #volvamosalasplazas pero, esta vez, no monopolizaron Twitter.