Israel
La ciudad de Belén candidata a Patrimonio de la Humanidad
La Basílica de la Natividad, guardiana del pesebre en el que la tradición cristiana sitúa el nacimiento de Jesús, podría ser pronto reconocida como Patrimonio de la Humanidad, junto con el casco histórico de Belén y la Ruta del Peregrinaje.
La ciudad palestina, que cada año recibe miles de peregrinos que buscan conectar más profundamente con el Mesías, ha presentado su candidatura para ser incorporada a la lista de la UNESCO y reforzar la protección de un lugar sagrado para buena parte de la Humanidad.
Hamdán Taha, viceministro de Turismo y Antigüedades de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), explicó ese reconocimiento internacional "reflejará que Belén es un lugar de importancia incuestionable"y que beneficiará la conservación de la ciudad al aumentar su atractivo turístico.
La candidatura incluye, además de la Basílica de la Natividad, los monasterios que la circundan (uno católico, otro greco-ortodoxo y un tercero armenio), el camino patriarcal y la denominada Calle de la Estrella, restaurada con ayuda de la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID).
La Basílica, en cuyo interior se abre una gruta en la que el lugar del nacimiento está marcado por una cruz de catorce puntas, es sagrada tanto para el Cristianismo como para el Islam, que considera a Jesús como uno de los profetas, al igual que Adán, Abraham, Jacob o Moisés, aunque por debajo del fundador de su fe, Mahoma.
Siglo IV
Su historia se remonta al siglo IV, cuando Helena, madre del emperador romano Constantino, hizo un peregrinaje a la zona e identificó el lugar en el que, según se narra en el Evangelio de Lucas, la Virgen cogió al niño y "lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón".
Constantino ordenó al obispo Makarios de Jerusalén en el año 325 la edificación de una iglesia, muy pequeña, con una planta octogonal directamente sobre la gruta, que fue incendiada y destruida casi por completo en la revuelta samaritana del año 529 y reconstruida 36 años después por el emperador Justiniano I con su actual estructura de triple nave y un solo ábside.
Al conquistar Tierra Santa en el 1099, los cruzados la ampliaron, remodelaron y usaron como telón de fondo para coronar a Balduino como primer Rey de Jerusalén.
Un milenio más tarde, en el fragor de la Segunda Intifada palestina, la Basílica fue escenario de las vicisitudes del mundo terrenal; en 2002, decenas de milicianos palestinos se encerraron allí durante 39 días, hasta que un acuerdo con Israel permitió desbloquear la situación con su exilio a la franja de Gaza y a varios países europeos.
A lo largo de su larga trayectoria, la Basílica ha sufrido diversos daños y un deterioro general que es urgente frenar y que hizo que en 2008 el Fondo Mundial de Monumentos la incluyese en su lista de los cien lugares en mayor peligro. Expertos restauradores estudian estos días las renovaciones necesarias y preparan un plan para llevar a cabo la mayor restauración de su historia, que presentarán el próximo 25 de marzo.
Un detallado estudio
"El informe analizará el estado de todos los elementos, tanto los estructurales (techo, columnas, muros...) como los decorativos (pinturas y mosaicos, etcétera)", explicó a Efe Issa Murra, ingeniero jefe del proyecto, que resaltó que su principal preocupación es el techo de madera, en estado precario desde hace doscientos años.
Las vigas de madera del techo se están pudriendo y no han sido reemplazadas desde el siglo XIX, por lo que la lluvia penetra en el edificio y daña no sólo su estructuras sino también los mosaicos y cuadros del siglo XII que guarda en su interior.
Aunque todavía no se conocen los detalles del ingente proyecto restaurador, se sabe que su fase inicial tendrá un coste de un millón de dólares (760.000 euros), que tratarán de obtenerse con una recolecta en todo el planeta.
"Llevamos mucho tiempo esperando la restauración de la iglesia. Es hora de que nuestra comunidad cristiana se sienta atendida. Esta es la madre de todas las iglesias y debe ser la que mejor impresión dé y contar con la estructura más fuerte de todas las iglesias del mundo", asegura el padre Marwán, párroco del templo.
La candidatura belenita es la primera de este tipo que prepara la ANP, ya que hasta la fecha la única ciudad palestina reconocida como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO es la ciudad amurallada de Jerusalén, ocupada por Israel y que obtuvo esa denominación en 1981, presentada por Jordania.
Los palestinos ya han anunciado que, tras Belén, propondrán una distinción igual para otras ciudades históricas, como Jericó, Hebrón, Naplusa o Sebastia, en su estrategia para sentar las bases de un estado que algún día sea reconocido por la comunidad internacional como país independiente.
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