Ministerio de Justicia
Un cambio radical por Fernando de Rosa
El ministro de Justicia inicia con energía su nueva etapa al frente del Ministerio, anunciando una batería de positivas medidas que transformarán nuestro sistema de Justicia.
Centrará su gestión en la misión de poner a la Justicia al servicio de la recuperación económica de nuestro país, desde la convicción de que una Justicia rápida y previsible genera confianza en las instituciones y seguridad en el inversor. Para ello promete medidas para desbloquear los miles de millones de euros que actualmente se encuentran inmovilizados en los tribunales y hacer que éstos retornen cuanto antes al circuito económico.
Para atajar la inasumible litigiosidad que asfixia a nuestros órganos judiciales plantea diversas vías de actuación: una apuesta por la modernización tecnológica que haga posible la interoperabilidad de los distintos sistemas informáticos, un replanteamiento de la asistencia jurídica gratuita que garantice que sus beneficios lleguen sólo a quienes acrediten verdadera insuficiencia de medios para litigar y un impulso a la desjudicialización de conflictos, a través de nuevas leyes de jurisdicción voluntaria y de mediación.
Anuncia reformas valientes de las que no dejan indiferente a nadie, referidas a la Ley que regula la interrupción voluntaria del embarazo o a la de responsabilidad penal del menor, que tratarán de dar respuesta a las justificadas demandas de amplios sectores de la sociedad en temas tan delicados. También plantea, con razón, la posible instauración de la pena de prisión permanente revisable, como medida excepcional para supuestos muy restringidos, así como una esperada reforma de la multirreincidencia en el ámbito penal. Especialmente acertada me parece la exigencia a los asesinos etarras de pedir perdón a sus víctimas si quieren revisar su situación penal.
Para despejar las sombras de politización de la justicia anuncia la vuelta al original sistema de elección de los vocales judiciales del Consejo General del Poder Judicial de «entre y por los propios jueces», así como reformas de calado que afectan al Tribunal Constitucional.
Mucho trabajo le espera al nuevo ministro, pero confieso mi satisfacción por este cambio radical anunciado y mi esperanza de que, por fin, contribuya a transformar la Justicia en el servicio que merecen los ciudadanos.
Fernando de Rosa
Vicepresidente del CGPJ
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