El presidente del Gobierno acude a Ferraz dispuesto a no eludir el debate sobre su futuro

MADRID- Nadie como Zapatero para desconcertar al público, aunque éste sea socialista. A pocas horas del Comité Federal más jaleado de la historia reciente del PSOE, nadie apostaba por un resultado fijo. Hablamos, claro, sobre si Zapatero despejará o no su futuro político, como se especulaba desde hace meses, ante el máximo órgano del PSOE entre congresos. Hay versiones para todos los gustos. Unos dicen que habrá anuncio, pero «no como el que esperaban algunos», esto que no señalará a nadie ni establecerá calendario alguno. Otros, que hará una intervención de país, y no de partido, como correspondería y que antepondrá, como él mismo ha dicho, los intereses de España a los del PSOE. Algunos, los más arriesgados, apuestan por que Zapatero –que da por hecho que su retirada está ya descontada– dejará caer ante la plana mayor del PSOE que él está de salida y que como todo el mundo espera no optará a un tercer mandato... pero, siempre hay un pero, pedirá al partido que preserve la estabilidad interna por encima de todo y que, una vez pasadas las eleccciones de mayo, se fijen los plazos y los procedimientos establecidos en los Estatutos para elegir al candidato que ha de sucederle en el cartel electoral de 2012.

¿Hasta dónde desvelará?
¿Qué dice su entorno? «El presidente del Gobierno no tiene intención de eludir el asunto» que más ha ocupado a los socialistas en los últimos meses. «Lo afrontatrá, sin duda, pero hay que esperar hasta mañana (por hoy) para saber hasta dónde desvela», añaden.

Sin duda esta era ayer la opción más barajada en el PSOE. El presidente ha hablado durante esta última semana con los principales dirigentes del PSOE, con los barones y con algunos miembros del Gobierno. A todos les ha pedido tranquilidad y a todos les ha emplazado al Comité Federal de esta mañana para conocer los detalles de su intervención en la que, sin duda, se referirá al debate sucesorio, pero no en los términos en los que algunos preveían hace semanas. «Nada de señalamientos, nada de plazos. Si algo es el presidente es respetuoso con los órganos de su partido y con los Estatutos». Quien así habla cree que la intervención de Zapatero frustrará los planes de quienes pretendían una operación «rápida para aupar a Rubalcaba al cartel electoral de 2012».

Entre los barones la impresión general ayer era de desconcierto, pues aunque algunos de ellos han hablado personalmente con el presidente esta misma semana, no saben a ciencia cierta cuál será su hoja de ruta esta mañana. Lo que sí percibió algún secretario general fue que Zapatero estaba «easpecialmente dolido»· con algunos de los que desde hace meses vienen emplazándole públicamente para que deshoje la margarita.
 
Haga lo que haga el presidente y diga lo que diga en su discurso de esta mañana, de lo que nadie duda es de que el PSOE respetará su decisión y sus tiempos, que no habrá una voz más alta que otra ni mucho menos reproches al secretario general que llevó al PSOE de la depresión a la euforia en tan sólo cuatro años, desde 2000 a 2004.
 
La dirección federal quiere a toda costa evitar la división interna en el Comité Federal de mañana y conseguir que el partido se concentre en las elecciones autonómicas.

Un dato: el secretario de Organización, Marcelino Iglesias, que hace semanas se encargó de desinflar el globo sucesorio por instrucciones directas de Zapatero, no sabía ayer –y si lo sabía jugó al despiste– hasta dónde llegaría el presidente en su intervención de esta mañana. En Ferraz aseguraban que cuatro o cinco personas estaban al tanto de la decisión del presidente, pero que ninguna de ellas hablaría sobre el asunto hasta escuchar al secretario general. Conjura para callar, después de tanto «largar». Al parecer, había instrucciones directas de mantener la incertidumbre y ¿después? Después, se verá. Pero de momento, los responsables del PSOE que tenían ayer cerradas entrevistas con varios medios fueron uno tras otro anulándolas. ¿Otra pista? Falta menos para la solución.