Comunidad de Madrid
De vuelta al hospital 18 meses después
El reingreso de Neira, cuya vida no corre peligro, abre un nuevo capítulo de este «culebrón mediático».
Madrid- Si se observa la cara de Neira detenidamente el día que salió del hospital, hasta parece que su mirada era distinta, más calmada y tranquila. Corría el 16 de abril de 2009 y el profesor era un héroe nacional al más puro estilo Iniesta. Llevaba doscientos días ingresado y había pasado 66 en coma.
Mientras se encontraba en ese profundo sueño, el país entero no hablaba de otra cosa. Se temió por su vida en más de una ocasión y parecía que no iba a lograrlo, pero lo hizo. Políticos, periodistas y la gente de a pie alababan el gesto de ese caballero andante que salvó a una mujer que estaba siendo maltratada por un tío fuerte y corpulento.
Cuando abrió los ojos, lo primero que vio fueron a unos señores con bata. Según él mismo ha contado, entendía todo lo que le decían y aunque estaba algo atontado recordaba perfectamente lo que había ocurrido. Dijo que leyó poco de lo que se había publicado esos días de sueño y que tampoco había visto cómo la damisela que salvó contó en un plató que no hubo tal salvación.
En definitiva, era todo un ejemplo a seguir y la lluvia de felicitaciones y galardones comenzó. Pero en realidad, se había hablado y mucho de una persona a la que únicamente conocíamos por lo que contaba su esposa, Isabel Cepeda, y su actución en ese hottel de Majadahonda.
Poco a poco, y coincidiendo en el tiempo con la salida de Violeta Santander de los medios de comunicación, Neira fue, también, dando sus exclusivas y sus explicaciones de lo ocurrido. Pero no era el mismo profesor que imaginábamos porque, como ser humano, y al no poder casi andar ni realizar tareas tan sencillas como ducharse y moverse solo, el rencor se fue reproduciendo dentro de su ser.
Le dieron medallas, un cargo oficial y un puesto de colaborador en varios programas de televisión. Ya no sólo hablaba de lo que le pasó, sino también de política. De hecho, escribió un libro donde cuestionaba la transición y se le fue la boca con algún que otro político.
Cuando Puerta salió en libertad, el rencor ya se había expandido de tal forma que llegó a decir que sentía que daba vergüenza ser español. Aunque Puerta bastante tenía con lo suyo, Neira creyó que iría a por él y se interesó por la armas. Al tiempo, se le pilló haciendo eses y triplicando la tasa de alcoholemia permitida. No lo aceptó más que ante el juez y defendió su derecho a beber cerveza.
Como consecuencia de esta escalada de polémica incesante, perdió su cargo en la Comunidad de Madrid. Un alivio, según él. Cuand todo parecía calmarse, a Puerta lo encontraron muerto. Quizá no se entendieron sus palabras o se malinterpretaron, pero lo cierto es que con el cadaver todavía caliente y una familia rota de dolor, fue incapaz de lamentar la muerte de su agresor.
Médicos denunciados
- Jesús Neira se enfrentó a Antonio Puerta el 2 de agosto de 2008, pero su periplo por los hospitales continuó días después. Ese mismo día acudió al hospital Puerta de Hierro y volvió pasadas casi 48 horas. Al no recibir soluciones visitó el hospital de Alcorcón y el de Móstoles hasta que volvió, ya en estado de coma al Puerta de Hierro donde el jueves ingresó de nuevo. Tras el fallecimiento de Puerta que supuso el punto y final a sus acusaciones vía judicial, el profesor explicó en varios medios de comunicación que tenía toda la intención de seguir adelante con su denuncia a los médicos.
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