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Una liberación con sello islámico

El CNT libio entierra el gadafismo y proclama la creación de un Estado vertebrado por la «Sharia»

Fin de la guerra. Libios de todas las edades y condiciones celebraron la nueva era
Fin de la guerra. Libios de todas las edades y condiciones celebraron la nueva eralarazon

En el casco histórico de Bengasi, en esas mismas calles con aire colonial decadente donde el pasado 15 de febrero se dieron las primerísimas y tímidas manifestaciones contra las injusticias y los crímenes del régimen de Gadafi, Libia fue declarada totalmente libre ayer a las 5 de la tarde.

Donde todo empezó, se dio oficialmente por concluida la dictadura de 42 años de Muamar Gadafi y la revuelta que le derrocó en ocho meses. «Anunciamos al mundo entero que hemos liberado nuestro querido país, sus ciudades, pueblos, colinas, montañas, desiertos y cielos», dijo Abdel Hafiz Ghoga un representante del Consejo Nacional Transitorio (CNT), que fue creado en Bengasi (este de Libia) a principios de marzo, cuando sólo esa ciudad había sido liberada de la tiranía personalista.

En una multitudinaria ceremonia, el presidente del CNT, Mustafa Abdel Yalil, que fue ministro de Justicia de Gadafi y se proclamó jefe de los rebeldes poco después del inicio de la revolución, fue el encargado de abrir nuevo capítulo en la historia del país.

Como siempre ha hecho en sus discursos, Abdel Yalil dio las gracias a la comunidad internacional, sobre todo a la ONU que respaldó la intervención de la OTAN diseñada para proteger a la población contra los ataques de las tropas gadafistas, que buscaron aplastar la revuelta democrática de forma brutal, pero acabó siendo esa aviación que le faltaba a los rebeldes. También agradeció a todos los demás que hicieron posible la victoria en esta guerra: los combatientes, la mayor parte de ellos civiles que nunca habían cogido un arma; las mujeres, que tuvieron un importante papel desde la retaguardia; los hombres de negocios, que financiaron desde las armas hasta la comida y el tratamiento de los heridos.

En sus primeras palabra, Abdel Yalil quiso dejar más claro que nunca que Libia es un país musulmán y la «Sharia» (Ley Islámica) será la base de la legislación. Esto ya había sido apuntado por el presidente, pero ayer fue más allá asegurando que el sistema financiero también estará basado en los principios religiosos, esto es, no se podrán aplicar intereses, y que la poligamia no será prohibida. Con este mensaje tan fuerte y para muchos prematuro, Abdel Yalil buscaría aplacar a los islamistas, que están emergiendo con fuerza en Libia y han sido muy críticos con el CNT, considerado «laico» y «occidentalizado».

Abdel Yalil llamó una vez más a la unidad y reconciliación de todos los libios, algo que ha hecho cada vez con más insistencia en los últimos tiempos ante las crecientes rivalidades entre los rebeldes y los temores a posibles divisiones entre la población, que acaba de vivir una guerra civil, en la que habrían muerto unas 30.000 personas, según estimaciones del CNT.

Estos retos de futuro, que son más presentes que nunca, fueron ayer momentáneamente olvidados por los miles de libios que bajaron a la calle en Bengasi, Trípoli y otras ciudades del país para celebrar la libertad y la victoria. «Ganaremos o moriremos» era el espíritu, no sólo de los combatientes, sino de todos los ciudadanos que se rebelaron, y que ayer pudieron por fin decir haber ganado y sobrevivido. «Levanta tu cabeza, eres un libio libre», cantaban ondeando la vieja bandera monárquica verde, roja y negra que se ha convertido en el símbolo de la rebelión y la nueva Libia.

Empezar de la nada
En un plazo de 30 días a partir de hoy, el CNT tendrá que nombrar a un Ejecutivo interino, que gobierne el país en los próximos ocho meses, en los que tendrá que organizar y convocar las primeras elecciones democráticas de Libia. El primer ministro, Mahmud Yibril, presentó ayer su dimisión tal y como había prometido que haría cuando el país fuera liberado y la guerra hubiera terminado.

Libia, un país partido en dos regiones, la Tripolitania y la Cirenaica, debe empezar a construirse a sí misma después de haber derrocado a la figura que les ha gobernado con mano de hierro cuatro décadas. La falta de un estado y de unas instituciones sólidas complican esta tarea de futuro, pero también alivian la carga del antiguo régimen. 


TIRO EN LA CABEZA
¿Un crimen de guerra?

Fuentes médicas que, supuestamente, practicaron la autopsia ayer al cadáver de Gadafi sostuvieron que el coronel murió el jueves a causa de un tiro en la cabeza. Las nuevas autoridades libias niegan que Muamar Gadafi fuera ejecutado, pero la presión internacional ha forzado una investigación sobre cómo sucedió la muerte del ex dictador. El Alto Comisionado de Derechos Humanos de Naciones Unidas pidió explicaciones el viernes. El asesinato sin procedimiento judicial está fuera de la ley, incluso en los países en los que está en vigor la cadena perpetua. Los rebeldes, en ese caso, podrían enfrentarse a cargos de crímenes de guerra. El cuerpo de Gadafi podría ser entregado a su tribu para ser enterrado.


Las fuerzas emergentes en Libia
- Ejército de liberación
Tienen un componente liberal. Convencieron a la OTAN de que interviniera. Suleiman Mahmud es una figura clave.
- Islamistas
Constituyen un grupo diverso que va desde los yhiadistas a los Hermanos Musulmanes. Belhaj es el hombre fuerte.
- Progresistas
 Defienden una economía de mercado y un Estado laico, pero han perdido poder con la dimisión del ex «premier» Mahmud Jibril.
- Nacionalistas
Un grupo duro del antiguo régimen que abandonaron a tiempo a Gadafi. El presidente del CNT, Abdul Jalil, es su exponente.
- Milicianos de Misrata
Han adquirido un poder clave durante la guerra. Fueron los que encontraron a Gadafi en el túnel de agua. Se creen la élite.
- Bereberes
Han sido uno de los combatientes más duros, conquistaron Trípoli. Proceden de la montaña de Jebel Nafusa.