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Bourne espía de andar por casa

Eric van Lustbader continúa la exitosa saga de Ludlum, pero sin su brío inicial

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Sintéticamente podría decirse de Robert Ludlum que escribió 29 novelas de intriga y vendió 210 millones de copias en 32 lenguas, pero si ha pasado a la historia de la intriga internacional es por el espía amnésico Jason Bourne. La novela inicial, «La identidad de Bourne», data de 1980. En 1988 se hizo una versión televisiva, «Conspiración terrorista: el caso Bourne», bastante trivial. La saga literaria continuó con «El mito de Bourne» (1988) y «El ultimátum de Bourne» (1992), trilogía espectacularmente adaptada al cine diez años después e interpretada por Matt Damon. Tras la muerte de Ludlum, la viuda autorizó al escritor Eric van Lustbader a continuar con la saga, a la que ha contribuido con tres nuevas obras. La última, «La traición de Bourne», apenas remeda el brioso estilo literario de Ludlum y su capacidad para tejer soberbias intrigas repletas de giros argumentales.


Sin identidad
Poco queda del Ludlum genuino en esta obra. Eric van Lustbader es un buen escritor de novelas de acción un tanto ingenuas, como «El ninja blanco» o «El guerrero del crepúsculo», pero incapaz de dotar de entidad al primer espía con amnesia de la historia del thriller político, un agente secreto programado por la CIA como una máquina de matar y manipulado psicológicamente para adoptar cambios de personalidad. Podría decirse que Bourne es el primer agente secreto problemático en un mundo paranoico que se ha vuelto inestable. En donde las agencias rivales se confabulan y los bloques de la Guerra Fría se confunden hasta no saber a quién se está sirviendo ni con qué fin, ni por qué todas quieren eliminar a Bourne. Van Lustbader aporta a la saga una nueva Némesis, que sustituye a «Chacal»: un terrorista islámico, tan maléfico como el creado por Ambler en «Chantaje en Oriente» (1972), dotado de la capacidad de infiltrarse en la CIA.

Hoy Jason Bourne es un mito gracias al cine, imitado por dos asesinas como Nikita, de Luc Besson, y la Samantha Caine de «Memoria letal», y sin embargo, su fantasma cultural ha tardado en calar en el imaginario del thriller, monopolizado por el estereotipo de Bond y la versión realista de Le Carré. Quizá porque Bourne encarna a un espía en búsqueda de identidad. Un héroe posmoderno que sospecha la terrible verdad que oculta su amnesia, y que, como Edipo, se ve impelido a llegar hasta el final del horror.


Sobre el autor
Es un escritor especializado en el thriller trepidamente y de acción y encargado de continuar la saga del espía Bourne.
Ideal para...
Lectores que disfrutan con las novelas exóticas con malvados inteligentes y tramas un tanto delirantes.
Un defecto
Su falta de consistencia al narrar una intriga compleja medianamente sólida.
Una virtud
La sencillez de su prosa y cómo atrapa en las escenas de acción.
Puntuación: 6


«La traición de Bourne»
Eric van Lustbader
UMBRIEL
576 páginas. 21 euros.