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Los taiwaneses eligen a su presidente inquietos por el deterioro económico

Los taiwaneses eligen a su presidente inquietos por el deterioro económico
Los taiwaneses eligen a su presidente inquietos por el deterioro económicolarazon

PEKÍN- Los taiwaneses celebran este fin de semana unas elecciones presidenciales en las que tendrán que decidir, una vez más, su propia identidad. ¿Quieren ser taiwaneses antes que chinos? ¿O chinos antesque taiwaneses? Los dos únicos candidatos con posibilidades reales de ganar tienen su propia manera de responder a esta pregunta y, en consecuencia, una agenda diferente para gestionar las relaciones con la República Popular China. El líder del gobernante Kuomitang, Ma Ying-Jeou, opta por seguir avanzando en los acuerdos económicos y diplomáticos con Pekín, tal y como ha venido haciendo en los últimos cuatro años. Mientras que la victoria de su rival, Tsai Ing-wen, del opositor Partido Progresista Democrático (PPD), abriría una nueva fase de enfriamiento a los dos lados del estrecho como la vivida entre 2000 y 2008.
Los sondeos indican que ambos llegan empatados a la cita, aunque el candidato Ma ha perdido terreno en los últimos meses. El motivo, más que identitario, parece ser económico. Las encuestas de opinión muestran que los taiwaneses están crecientemente preocupados por la marcha de la economía. Lo cierto es que las ventajas comerciales que conlleva una mejor relación con Pekín fue uno de los principales argumentos que esgrimió el Kuomitang para ganar las elecciones de 2008. Y la mejora, en términos macro económicos, sí que se ha producido. Sin embargo, las clases bajas y medias lo que han percibido es un ligero deterioro de su calidad de vida y un incremento de las desigualdades sociales. Aunque los indicadores de Taiwán son envidiables comparados con los europeos (la tasa de paro, por ejemplo, está por debajo del 5%, mientras que la inflación apenas supera el 2%), en el boyante entorno asiático no es suficiente. Sobre todo para la clase trabajadora. «Mucha gente no ha sido beneficiada con las leyes de estos años, especialmente las clases más vulnerables, de modo que la oposición (PPD) está ganando apoyos», comenta a LA RAZÓN YinNaiping, profesor de Economía Política de la Chenchi University.

La candidata del PPD asegura que gracias a los nuevos acuerdos comerciales firmados con Pekín, muchos productores taiwaneses se han llevado sus fábricas a la China continental, mientras que en la isla las condiciones laborales han empeorado o no han mejorado. Además, sobre Taiwán se ciernen los nubarrones de una crisis de consumo en Occidente que frenaría las exportaciones, el pilar de su economía. Por supuesto, la ansiedad que genera la situación económica tiene su reflejo en el discurso político de la oposición. Entre otras cosas, el PPD insiste en que el Kuomitang está sacrificando la soberanía deTaiwán con tal de seguir cultivando su «amistad» con Pekín. Sin embargo, el programa de gobierno de la oposición tampoco pretende romper bruscamente con la China comunista, ni tensar tanto la cuerda como hizo hace años, cuando se llegó a temer incluso una guerra.

Una muestra de que la crispación no es alta es que, desde el otro lado del estrecho, las cosas no se ven tan en blanco y negro como antaño. «Yo creo que el tema identitario no se ha enfatizado tanto en estas elecciones como en otras. Lo importante ahora es la economía», admite el profesor Zheng Zhenqing, del Instituto de EstudiosTaiwaneses de la Universidad de Tsinghua de Pekín.

 

Estados Unidos sigue de cerca los resultados
Aunque suena paradójico, Washington tampoco parece preocupado por una reelección del Kuomitang. Incluso, algunos analistas aseguran que EE UU se sentiría más cómodo con una victoria del candidato «pro-chino», ya que la paz quedaría asegurada durante otros cuatro años en el estrecho de Formosa y evitaría una escalada de tensión como la que se produjo con el PPD.