París denuncia una matanza «sin precedentes»

Desde París, el Ministerio francés de Exteriores denunció ayer que el martes tuvo lugar en Siria «una matanza de una amplitud sin precedentes», que causó más de cien muertos, y urgió a Rusia a que acelere el ritmo de las negociaciones en el Consejo de Seguridad de cara al proyecto de resolución que exija el fin de la represión. «Debe ponerse todo en marcha para cesar esta espiral de muerte que Asad aplica cada día sobre su pueblo», dijo un portavoz de ese departamento, según el cual «ante este contexto dramático Francia llama a que se incremente todavía más la movilización de la comunidad internacional». Para París, es «imperativo» que Damasco acepte el despliegue inmediato de observadores de la Liga Árabe y que les permita comprobar la «aplicación integral» del plan árabe.

También el embajador de Alemania ante la ONU, Peter Wittig, pidió ayer a Rusia que, como país con la presidencia de turno del Consejo de Seguridad y redactor del último proyecto de resolución sobre Siria, acelere las negociaciones. «Tenemos que ser muy claros: la situación es dramática y el Consejo de Seguridad de la ONU no tiene tiempo que perder», aseguró el embajador alemán.
Por su parte, Washington insistió en que Bachar Al Asad debe «dejar el poder», ya que sus Fuerzas de Seguridad han seguido matando a civiles pese al acuerdo firmado esta semana con la Liga Árabe, si bien instó a «todas las partes» a que pongan fin a la violencia, reconociendo que también han muerto efectivos de las fuerzas del orden. «EE UU sigue creyendo que el único camino para llevar el cambio que el pueblo sirio merece es que Asad deje el poder», señaló el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, en un comunicado, subrayando que las palabras del régimen «no tienen credibilidad», puesto que a ellas suceden «acciones deplorables».